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Por Raúl Antonio Capote*

Cuando se mencionan los logros de la Revolución, siempre y no sin razón, se habla de la Salud Pública y de la Educación, éxitos emblemáticos del proceso revolucionario cubano, pero ¿es eso lo único destacable en estos más de 50 años? Por supuesto que no. A esos resultados  nos referiremos en esta serie de trabajos que comienzan hoy y digo serie porque sería imposible en un solo texto plasmar todo lo que se ha realizado.

Liberación, emancipación y democracia

Como en muchos de los países que fueron colonia, en Cuba la lucha por la libertad pasa por la lucha de liberación nacional. El movimiento que se levantó contra la dictadura de Batista se levantó además contra la dependencia del imperialismo  estadounidense.

La democracia ejercida en Cuba tiene una fuerte configuración popular, en contraposición a la democracia electoral característica de occidente. Pero lo anterior no impide la realización de elecciones, las cuales refuerzan la legitimidad de esa democracia popular.

En Cuba todas las personas pueden votar y ser votadas cumpliendo los 16 años. La inscripción es universal, automática y gratuita. La base de nuestro sistema institucional son los delegados de circunscripción que se agrupan en consejos populares e integran las asambleas municipales. Los candidatos son propuestos y elegidos por el pueblo en reuniones públicas de las diversas zonas vecinales que componen cada circunscripción electoral, no por partidos de la politiquería. Para cada puesto se proponen como mínimo dos candidatos y ocho como máximo. Para ser electo hay que recibir más del 50% de los votos. No existen campañas electorales. La labor de publicidad es realizada por las comisiones electorales. En sitios públicos es colocada la biografía de los candidatos propuestos por el pueblo en las asambleas de barrio, no hay promesas electoreras y la elección o no, se basa en los méritos personales de la persona. Se garantiza así la imparcialidad y el trato equitativo de todos los candidatos.

El voto es libre, secreto y directo. El colegio electoral se encarga de realizar el escrutinio y desde hace por lo menos tres décadas siempre hay un gran número de ciudadanos cubanos, diplomáticos, periodistas y observadores extranjeros. Aunque el voto es voluntario, desde 1970 a la fecha se ha registrado la participación de más del 90% de la población en edad de votar. Ningún representante, diputado o delegado recibe un beneficio por desempeñar su cargo; el Estado les paga un salario exactamente igual al que tenían en sus trabajos antes de desempeñar su cargo, empleo al que regresaran una vez finalizado su mandato. La rendición de cuentas y el mandato revocatorio son un componente importante del sistema electoral.
Aún así este sistema electoral no agota el contenido democrático de la sociedad cubana, la activa participación ciudadana no se limita a escoger, postular, elegir, controlar y revocar a sus representantes, existe una cultura participativa que va mucho más allá de la participación de los ciudadanos en su sistema representativo, existe una vigorosa sociedad civil.

Una de las características de la sociedad cubana es su fuerte cultura del debate y el diálogo. Por las calles de la Habana, en las plazas públicas, en los parques,  pueden encontrarse a grupos de cubanos y cubanas discutiendo sobre varios temas. En las “guaguas” el silencio no existe. La gente interactúa, opina, y si no está de acuerdo, discute, critica. Los tonos verbales llegan a ser muy altos. Un número amplio de cubanos se agrupa en distintas organizaciones de la sociedad civil, como la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución, etc. Las distintas asociaciones como las de pedagogos, abogados, agricultores, economistas, artistas, minusválidos,  y cientos de ellas más, las cuales tienen peso importante en las decisiones del Estado. Esas organizaciones y asociaciones abarcan prácticamente el universo de actividades, intereses y problemas que conciernen a todos los cubanos.

Además desde los primeros años de la Revolución el pueblo se organizó en milicias armadas para defender la patria, las armas las tiene el pueblo integrado hoy a las Unidades de Milicias de Tropas Territoriales, si la Revolución no contara con el apoyo de su pueblo, no duraría un segundo, (hablamos de millones de milicianos, armados y entrenados)

El programa ideológico que se impulsa y defiende desde la tierra de Martí  y de Fidel ha  integrado en su construcción elementos como la liberación, la democracia, la emancipación y el socialismo, pilares fundamentales en la construcción de un mundo más justo. Estos elementos, junto a la descentralización de la justicia y la administración, marcan una diferencia radical con el socialismo burocrático  y los proyectos socialistas fracasados en Europa del Este el pasado siglo.

Haber derrotado al “fatalismo geográfico” que señalaba que en Cuba no podía sobrevivir un gobierno que no contara con el apoyo  de los Estados Unidos. Es un logro  importantísimo de la Revolución.

Haber derrotado la agresión militar, el terrorismo made in USA y la guerra económica impuesta por el imperio a todo lo largo y ancho del mundo y en todas las esferas de la economía y las finanzas es un logro.

La sobrevivencia ante el derrumbe económico de 1989-1993 cuando Cuba en medio de una feroz e intensificada guerra económica perdió sus principales mercados y fuentes de materias primas.

La dedicación al trabajo de los cubanos durante el catastrófico declive del salario real y los ingresos después de 1990. Impresiona el profesionalismo de muchos cubanos que durante año, desde 1990, ante el enorme deterioro del poder adquisitivo de sus ingresos, continuaron trabajando con seriedad y dedicación en la medicina, universidades, escuelas, el servicio público, u otros empleos. El trabajo abnegado de innumerables ciudadanos durante los años difíciles del Período Especial, 1990-2010, es en esencia lo que ha permitido la recuperación desde la profunda depresión de 1993.

Son importantes logros de la Revolución cubana,  pero hay muchos más a los que nos referiremos en posteriores trabajos,  pero:

Nuestro sistema democrático es  el más importante logro de la Revolución, lo primero que habría que subrayar no fue copia de nadie, sino hubiera seguido el camino del modelo de Europa Oriental, pero  el cubano perdura, vive y se desarrolla en un mundo sin campo socialista y bajo la hegemonía estadounidense. El modelo democrático cubano nace como evolución necesaria de su propia historia

(Continuará)

 

*escritor y profesor de Historia de Cuba de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de La Habana, quien fue durante años el agente Daniel de los servicios de inteligencia cubanos.

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Dos artículos que intentan acercarnos a la situación política actual de Perú, en vísperas de las contiendas eleccionarias en busca de un nuevo Presidente para el hermano país. Como ya es usual, el poder mediático se dispara en pos de agredir, ensuciar y manipular la información sobre los candidatos del pueblo, con la burda idea de contaminar todo aquello que “huela” siquiera ligeramente a izquierda y usa titulares como “Sondeo en Perú refleja empate técnico entre Humala y Keiko” o “Keiko Fujimori se deslinda de su padre” o en voz de la oponente Fujimori “Ollanta Humala está agresivo y nervioso”… Fabián Suárez y mi hermano de muchas batallas Gustavo Espinoza, nos entregan sendos trabajos sobre este tema:
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Corporatocracia y servicios de inteligencia contra la mejor opción para el pueblo peruano
Por Fabián Suárez Aguilar

Varios analistas habían pronosticado sobre una eventual unidad de la derecha en la segunda vuelta electoral peruana. No es por gusto. La corrupción se ha convertido en una epidemia en el establishment político de ese país, que alimenta sus bolsillos de dar concesiones mineras, otorgar bajas rentas y aprobar exoneraciones tributarias. Mientras, siguen incrementándose las ganancias anuales de las trasnacionales que ya en el 2010 rondaron los 8 mil millones de dólares.

Sin embargo, el candidato Ollanta Humala ni siquiera ha dicho que iniciará un proceso de nacionalización, pero ha enfatizado que es hora de repartir mejor las inmensas riquezas del Perú, quien tiene las mayores reservas de plata del mundo; la segunda de cobre; la tercera de zinc y estaño, y la quinta de oro.  En el pensamiento de Ollanta está no regalar, evitar la depredación del país, y que se frene la extinción y contaminación de uno de los mejores ecosistemas del planeta, a través de la explotación despiadada de miles de estos yacimientos.

Es por eso que representa un peligro para la corporatocracia extranjera y nacional, heredera de una poderosa oligarquía criolla y latifundista que tiene varias centurias de vida. Pero un votante razonable y patriota no vería otra opción que Ollanta. Un nuevo mandato mafioso y corrupto acabaría de vender la soberanía económica del Perú y probablemente desconectaría toda posibilidad posterior de salvar al país por una vía democrática.

Sobre esto último, varios sectores y no solo de izquierda, advierten las primeras señales de que la maquinaria fujimorista ha echado a andar, aprovechando los aires antihumalistas de la derecha o su igual silencio cómplice.

La denuncia de la existencia de la Operación “Sábana” contra el candidato Ollanta es un ejemplo. Según las filtraciones, la operación une los esfuerzos de las Direcciones de Inteligencia del Ejército y la Policía; aplica los últimos avances tecnológicos para la escucha; utiliza a medios de prensa y se financia por propietarios de mineras. Todo para generar el miedo sobre Ollanta, tanto en el pueblo, como en la bolsa.

Difícilmente los servicios especiales norteamericanos estén ajenos a este tipo de operación, aunque probablemente las instrucciones y los agentes estén saliendo directamente desde el cuartel general, para evitar otro escándalo como el que recientemente reveló el activo papel de la embajada yanqui en Lima en las pasadas elecciones del 2006 en contra de Ollanta.

Una operación de este tipo también tiene que ser aprobada por el actual presidente de la República, Alan García. Y fundamento tiene, porque hace dos años afirmó delante de ejecutivos del medio financiero, “yo puedo evitar que un candidato adverso a la economía de mercado llegue a ser presidente del Perú en las elecciones del 2011… puedo evitar que sea presidente quien yo no quiero”.

La desinformación mediática está en el clímax y las encuestadoras dan todavía a Ollanta al frente de la intención de voto por un estrecho margen frente a Keiko Fujimori. La esperanza es que hasta los taxistas, que leen el periódico en las colas de autos o en espera de la luz verde, interpreten un mínimo del momento histórico que vive el Perú. Que los jóvenes no se cieguen ante la aparente bonanza de un falso desarrollo expresado en números, pero que no es sostenible con el actual modelo ni con la corrupción institucional imperante.


Tomado de La Isla Desconocida

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Perú. ¡Se mueren de miedo…!
Por Gustavo Espinoza M. *

A tan solo 28 días para la votación prevista para el 5 de junio, la derecha peruana vive aterrada. Virtualmente, se muere de miedo ante la sola posibilidad de una victoria electoral de Ollanta Humala. En el contexto concreto, da miles de muestras del pánico que la domina, y que la ciega brutalmente impidiéndole ver objetivamente la realidad. Confunde entonces unos hechos con otros, y se imagina estar ante una definición que la coloca al borde del colapso.

No es, ciertamente, para tanto. Los resultados de la consulta electoral que se avecinan, nos dirán apenas qué persona habrá de administrar la crisis nacional en los próximos cinco años. Y tendrá que hacerlo con un Parlamento dividido en el que nadie tendrá mayoría para aprobar disposiciones de orden legal.

Y lo hará, además, maniatada por un tinglado seudolegal cuidadosamente montado por la Clase Dominante a lo largos de varias décadas. Ella, hoy, se empeña sin embargo en aprobar “nuevos candados” que custodien sus privilegios y no permitan modificar un ápice del “modelo” en marcha, responsable de la abismal crisis que corroe las bases mismas de la sociedad.

Dos veces, antes de ahora, la derecha en el Perú tuvo realmente miedo. La primera fue cuando surgió, a fines de los años sesenta del siglo pasado, un movimiento militar progresista; y la voz ronca y tronante del general Juan Velasco Alvarado anunció el inicio de un proceso de cambios de corte democrático y antiimperialista. Cuando ellos vinieron, al unísono con el Imperio, la oligarquía hizo sonar las campanas a rébato en señala de inusitada alarma.

El segundo gran miedo ocurrió casi veinte años más tarde, a comienzo de los años 80. Y eso fue cuando el movimiento popular logró construir un proceso unitario, y amagó el Poder tras las banderas de la Izquierda Unida. También en esa circunstancia el pánico se apoderó de la abominable casta dominante que, en su momento, prefirió jugársela por Alan García y su Partido

El tercer miedo, se dibuja ahora; cuando tras las banderas de un movimiento levemente progresista -“Gana Perú”- se perfila la candidatura presidencial de un oficial retirado de la Fuerza Armada que habla en voz alta de la miseria en la que viven los hogares peruanos y propone algunas medidas orientadas a aliviar los demoledores efectos de la crisis que se abate sobre los escuálidos hombros de la población.

En torno al tema, la derecha no tiene razón alguna. Humala no es un candidato “comunista” ni profesa ideas “revolucionarias”. Es, apenas, un nacionalista que enarbola un programa de corte patriótico. Un hombre que, conociendo la realidad del país, se ha sentido profundamente tocado por la lacerante realidad que nos agobia. Y, para cambiarla, ha buscado sumar gente con una elemental trayectoria, que le ha aportado ideas y propuestas

Pero ese hecho, pareciera ser más que suficiente para alarmar a una clase que no tiene sensibilidad, que carece de emoción social y que vive completamente al margen de la verdad y de la justicia.

“Te confieso que no duermo, que a veces me despierto como a las tres de la mañana y me quedo mirando al techo, con la cabeza volando en preocupaciones. Muchos no tienen idea de la quiebra en la confianza que se va a dar, de los despidos, de cómo el 6 de junio en adelante va a ser una pesadilla económica si gana Ollanta Humala”, dice un amigo del director y editorialista del diario “Correo”, uno de los voceros más empeñados en sembrar el pánico en el electorado peruano. Es clara la naturaleza de sus preocupaciones: la estabilidad de la banca, la corrida de capitales, el desconcierto financiero, el destino de los depósitos en dólares, el alza de las tasas de interés, el pago de la deuda. Todos eso le preocupa muchísimo, pero nunca le interesó el que millones de peruanos no pudieran llevar un pan a sus hijos, ni educarlos, ni vestirlos, ni atender sus requerimientos de salud. Después de todo, esas son “plagas normales” inherentes a la sociedad en la que vivimos. Hay que acostumbrarse a ellas.

El espectacular miedo que se ha apoderado de “los de arriba”, los está llevando a extremos que sorprenden a muchos. Sobre todo, a las nuevas generaciones de peruanos que no han conocido la dureza de la confrontación de clases registrada en el pasado porque han vivido bajo el influjo mágico de una prédica engañosa que les ha hecho concebir como “natural” la explotación humana, el hambre de los pobres, la enfermedad de los niños, el abandono de los ancianos, los salarios paupérrimos y el desempleo crónico.

Por lo que dice su Programa de Gobierno y su Compromiso con el Perú -documentos ambos expuestos a lo largo de su campaña- Humala busca salir de esta dura realidad con algunas medidas simples: impuesto a la sobre ganancias mineras, pensión a los adultos mayores de 65 años, atención prioritaria a la salud, a la educación, a la ciencia y a la cultura, y el crédito en provecho de la pequeña y mediana empresa. Todo esto le ha parecido demoniaco a quienes siempre tuvieron en sus manos los resortes del Poder y acumularon fortunas en base al robo descarado y al uso de los fondos públicos en provecho de unos cuantos.

Por eso han iniciado contra Humala una descomunal campaña de miedo valiéndose de todos los ardides posibles. Buscan disminuir su presencia en el escenario electoral, al tiempo de “levantar” con el mayor desparpajo a su contrincante Keiko Fujimori, la indiscutida abanderada de la Mafia. Eso, los coloca sin embargo, en un callejón sin salida: si le niegan espacios en la Tele, al candidato de Gana Perú, lo victimizan, lo que le favorece. Y si se los dan, lo ayudan, porque le permiten explicar sus propuestas. ¿Qué hacer entonces?

Algo han logrado, sin embargo. Han conseguido que una encuesta hecha a pedido de la banca exclusiva -la Stanley Morgan- registre un “empate técnico” entre ambos candidatos a los que separaban casi 8 puntos en las últimas semanas. Han buscado así crear una situación insólita. Dar la impresión que “todo puede pasar”, que “están  iguales”, que “cualquiera de los dos” puede ganar. Eso les permitirá un fraude descarado. Y la tarde del 5 de junio podrán decir: “ganó Keiko”. Pero si eso ocurriera, el 75% de las regiones del país desconocerán ese resultado y un abismo insondable dividirá a los peruanos

Pero además, quienes obran de este modo, no han reparado en dos hechos:

Si la Fujimori ha “subido” en las encuestas es porque ha tenido la desfachatez de asumir el Programa de Humala. Ella ahora anuncia que pondrá impuestos a las sobre ganancias mineras, que creará una Pensión para los adultos mayores de 65 años, que dará prioridad a los programas de educación y de salud y que se preocupará de los “pequeños y medianos empresarios”. En el extremo del descaro, ha dicho que atenderá en primer lugar a estos, “y no a los grandes” -vinculados a la Confiep- que ellos “esperen”, ha asegurado, despectiva.

Millones de dólares está gastando la derecha en esta campaña. Pero no sólo en canastas de víveres que distribuye a cambio de votos, como lo denunciara documentadamente Beatriz Jiménez en la prensa española. También ha contratado a un mercenario del capital -Hernando de Soto- asesor en materia de titulaciones del dictador Suharto, del derrocado Mubarak, del libio Gadafi,  y el propio Alberto Fujimori quien ocupa el séptimo lugar en la relación de los mandatarios más corruptos del mundo. Y además, a un conductor  televisivo que -desde Miami- hace programas que se trasmiten en Lima. Pura plata.

Debieran admitir, si obraran honradamente, que asumir las propuestas de Gana Perú, equivale a convalidarlas. Y aceptar, en consecuencia que no responden a ningún programa “extremista” ni “disociador”.

Y lo segundo, es que no parecen reparar en algo muy grave: descalificar a Humala, como lo hacen, equivale a “blanquear” una opción que se les ha de ir de las manos. Porque tras las banderas de Keiko no está una derecha honorable preocupada por el destino del Perú; sino una Mafia que busca obsesivamente el Poder, que retorna con hambre de venganza, y que, como ocurriera en otros tiempos y en otras latitudes con los desterrados a Coblenza, nada ha  aprendido, y nada ha olvidado.

Porque así lo percibe el peruano de la calle, los voceros de la Mafia: Althaus, Cecilia Valenzuela, Rosa María Palacios y otros, pierden día a día credibilidad.

Porque lo entiende de esa manera, gente que no es de “izquierda” y que incluso incuba reservas referidas al escenario nacional y regional, opta por confirmar su rechazo a la propuesta de Fujimori y su decisión categórica de no votar por Keiko.

Quienes, dejando de lado escrúpulos de dignidad, ética,  y elemental decencia, opten por la candidata de la Mafia, no solamente escupen su conciencia, sino que consuman un alevoso crimen contra el pueblo.

(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera


Imagen agregada RCBáez

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Por Gustavo Espinza M. (*)

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Dos candidatos virtualmente empatados en 19 puntos; un tercero con 18 y dos más con 17 de aceptación ciudadana, configuran un escenario convulso en el Perú de hoy.

Como esto ocurre cuando estamos apenas a dos semanas de los comicios nacionales previstos para el próximo 10 de abril, podríamos suscribir una formulación común que hacen los principales analistas políticos: aquí, todo puede ocurrir.

Lo significativo, sin embargo, es el crecimiento acelerado de dos adversarios naturalmente contrapuestos: Ollanta Humala, que representa a las fuerzas que pugnan por un cambio significativo en la vida nacional; y  Pedro Pablo Kuczynski un economista del Banco Mundial que busca perpetuar a cualquier precio el modelo neoliberal y remachar en los peores términos la dependencia que nos ata al capital financiero.

Los otros tres candidatos del “pelotón mayor”, virtualmente están en derrota, o simplemente estancados. Alejandro Toledo viene cayendo desde el alto edificio de los 32 puntos, y aún no se sabe si llegó a su piso. Luís Castañeda cae también, agobiado por las más diversas acusaciones de orden financiero y por su dramática incapacidad para formular no ya planes de gobierno, sino incluso descargos. Y Keiko Fujimori yace sonriente, pero aferrada a una piedra que no se rompe, pero tampoco crece.

El desenlace, probablemente, no alcanzará su definición categórica en la consulta que se aproxima. Lo previsible es que los peruanos marchemos a una segunda ronda electoral -el 5 de junio- en la que los dos candidatos más votados disputen el favor ciudadano.

Pero eso dependerá también de la forma en que se plantee la polarización electoral. Y a eso solo se le podrá tomar el pulso en la recta final de esta convocatoria, es decir, a partir del 8 de abril, cuando las encuestas ya hayan callado por mandato de la ley.

Por lo pronto, y aunque no se han disipado dudas razonables en torno a su figura, Ollanta Humala asoma en la perspectiva como el candidato con más fuerza. A partir de un confuso mensaje nacionalista, se ha ido abriendo paso con una buena dosis de ingenio y astucia.

Más que afirmar un programa, su preocupación ha estado signada por un esfuerzo orientado a borrar del recuerdo de los peruanos la estela que dejó en algunos segmentos de la sociedad su “mensaje chavista” del 2006, que aún se le reprocha desde los medios de comunicación al servicio de la derecha.

En esa dirección ha marchado el sentido principal de su campaña: tomar distancia de la experiencia de Venezuela, perfilar el rostro de un candidato “más maduro”, más bien “realista”, que sabe que hay cosas “que no se pueden hacer”; o estructuras que no se pueden quebrar.

Quizá el episodio extremo de ese contenido -aparte de sus visitas a la embajada de los Estados Unidos y su viaje a Washington- ha sido su más reciente entrevista con el Cardenal Juan Luìs Cipriani, cabeza visible del pensamiento más conservador de la Iglesia Peruana.

Como lo informó la prensa, el primado le obsequió un rosario “bendecido por el Papa”, como lo subrayara un emocionado Humala al salir del encuentro; y logró que el candidato se distancie de propuestas más avanzadas como el aborto y las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Más recientemente, desde Jauja, en el corazón del ande, Ollanta reafirmó su distancia de Caracas,

Para algunos sectores de la derecha, estos “cambios” en el mensaje de Humala, no lucen sinceros. La revista “Caretas”, por ejemplo, se pregunta cuál es el verdadero Ollanta, si el del polo blanco, o el del polo rojo. Y Keiko Fujimori asegura que el Comandante no es más que un lobo disfrazado de cordero.

Pareciera, entonces, que se cumple algo que tiene cierta lógica: cuando haces un giro de esa magnitud, tus amigos se desencantan, pero tus enemigos no te creen.

Y algo de eso podría ocurrirle al abanderado de Gana Perú sino fuera porque cuenta con un escenario más bien predispuesto a ser tolerante con la nueva voluntad de un candidato presto a desplazarse entre las gotas de la lluvia sin mojarse.

Para el común  de la gente, lo que cuenta es que “los otros” – Toledo, Castañeda, Kuczynski, Keiko- ya fueron. Tuvieron en sus manos, durante muchos años, las riendas del Poder. Y son, por tanto, cómplices del drama que afrontan millones de peruanos abatidos por la pobreza y afectados por serios quebrantos en materia de salud, educación y otros.

La crisis, el desgobierno, la corrupción, la violencia y el caos; tienen en nuestro país padrinos conocidos. Aunque se empeñen, ellos no podrán eludir sus responsabilidades.

Y es que están todos cortados por la misma tijera. Por eso, la gente no les cree. Sabe que ya pudieron haber hecho algo. Y no lo hicieron ¿Por qué presumir que “ahora sí”? se preguntan muchos.

Como consecuencia de esa realidad, si la polarización final se planteara entre los que son culpables del drama nacional y los que luchan por salir adelante; Ollanta podría no sólo obtener la más alta votación de la primera vuelta, sino incluso alcanzar la necesaria para no requerir una segunda consulta.

También podría registrarse un fenómeno igual si la gente optara por resolver “de una vez” el tema electoral el 10 de abril. En tal caso, podría acumular en las ánforas una cantidad tal de cédulas de Ollanta, que le permitiría ganar en una sola vuelta.

Y es que, en efecto. La posibilidad más tangible de Humala estriba en su victoria definitiva el 10, porque en una segunda confrontación, podrá cerrarse contra él un círculo adverso muy fácilmente

Es difícil que los otros candidatos tengan una similar posibilidad porque su terreno está minado por la división. Cada uno de ellos se considera el que debe sacar la cara por el “modelo”. Y eso ocurre porque, en verdad, y cada quién en su momento, todos sacaron la cara por él.

Hay dos cosas que hoy la derecha teme como Satanás el agua bendita: el cambio de Constitución Política y el abandono del Modelo Neo Liberal.

En el primer caso, el Perú podría retornar a la Constitución de 1979 -ciertamente más avanzada que la actual-, o marchar hacia una nueva Carta Política, previa convocatoria a una Asamblea Constituyente. En el caso, la derecha pondría el grito en el cielo para cerrar el paso a cualquier tentativa de “re elección” que se planteara. ¡Chávez aquí!, sería su grito destemplado

Y en el segundo, la cosa alcanzaría mayores decibeles: la derecha está dispuesta a recurrir a cualquier acción para mantener el “modelo” vigente porque él la hizo más rica -mucho más rica- aunque al pueblo lo hizo más pobre, mucho más pobre.

Todo el resto, se puede discutir. Pero la Constitución y el Modelo son el símbolo de una sociedad que se pudre ostentosamente, pero que cuenta con calificados defensores. Por ellos, puede incluso registrarse ruido de sables en los cuarteles.

Si Ollanta Humala se proyecta en el escenario nacional, supera sus limitaciones y busca un verdadero camino nacional liberador, tendrá entonces, una dura batalla por delante.

Pero no la librará solo. En ese empeño -si se dispone a darlo- podrá contar con la adhesión multitudinaria de millones. Pero a ellos, tendrá que trabajar con ellos aportando a su organización, educación y conciencia.

Y esa, es una tarea de titanes.

(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera /

Véase además
Guerra sucia exacerba campaña electoral peruana

Imagen agregada, foto de archivo

 

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Por Ricardo Salgado

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La Asamblea Nacional de Frente Nacional de Resistencia Popular ha dado paso a una intensa especulación de parte de las fuerzas más reaccionarias del país, las que no han podido evitar sus comentarios; y a base de mentiras, unos, y medias verdades los otros, todos se han visto obligados a hablar del futuro del Frente, y su incidencia en la vida nacional. Ni siquiera los más sesgados escritores de la derecha, se atreven a repetir la historia de los “cuatro vagos”.  Algunos incluso se atreven, en privado, a proponer ideas audaces para frenar el ímpetu de unas bases que como nunca muestran su espíritu revolucionario.

Ni ellos, ni nosotros, dudamos sobre la dimensión abrumadora de la resistencia como fuerza política en el país; lo más peligroso para la derecha es que este grupo de gente se desarrolla históricamente en un marco distinto, y aunque aún no explota todos su potencial de pensamiento, es de lejos más capaz de generar ideas, pensamiento, críticas y debates que toda la derecha junta. Los otrora escritores notables de las derechas, se han convertido en bufones de las clases dominantes, y se dedican a contar historias épicas de ladrones y asesinos, y a crítica y desmentir la cruda bestialidad de sus señores feudales.

Aunque el frente sigue enfrentando problemas de definición, su avance se acelera cada vez más, y el paso que impone la derecha en el campo de la virtual destrucción de todo vestigio de justicia que queda en el país, en enfrentado a una resistencia cada vez más politizada y menos manipulable. Sin lugar a dudas, las bases siguen un comportamiento dialectico, a pesar de la constante agresión del régimen.  Las duras críticas a una dirección carente de movilidad, provienen normalmente de sectores progresistas que no se hacen a la idea de trabajar en conjunto con los gremios; en ello podemos encontrar contradicciones de clase muy notorias.

Incluso antes del golpe de estado, era fácil prever que la política adoptada por la administración Zelaya estaba dando una enorme energía a las clases desposeídas y vulnerables del país. La izquierda, por otro lado, a pesar de su rezago teórico, repuntó y fue capaz de consolidar proyectos de largo plazo que sobrepasan la década; solo una cosa no se pudo lograr en esa década: la unidad. Sin embargo, los movimientos populares logran sostener la enorme carga de construir un órgano popular que resistiera el embate imperial, y hasta de nuestras propias contradicciones.

Los partidos políticos enfrentan ahora mismo un momento que nunca consideraron seriamente; su reemplazo en el imaginario colectivo. De hecho, muchos líderes se resisten a concebir al Frente como el referente político; lo prefieren “neutral”, para, según ellos mantener el asunto del poder en medio de todo ese andamiaje caduco e inservible con el que iniciamos el siglo XXI, y que colapsa con el golpe de Estado. El pueblo hondureño no lucha contra el golpe para regresar al bipartidismo, lucha para recuperar la democracia dentro un referente político suyo., que muchos no lo entiendan y pretendan encasillar al pueblo por otros cien años, es otro tema.

En general, podemos decir que somos mucho más de lo que la derecha local admite, pero necesitamos dedicar nuestra atención a la voluntad del pueblo.  No podemos descuidar ningún flanco, especialmente aquellos en los que somos definitivamente superiores a nuestros adversarios; si llegamos hasta acá, es porque podemos generar contradicciones que producen desarrollo; esta es una fortaleza que debemos respetar, y cultivar; es muy improbable que a esta altura los políticos de oficio busquen enfrentarnos en este campo. Nuestro problema está en transmitir de manera digerible lo que producimos a las bases, más allá de los cuadros. Seneca sostenía que el que sabía pero no podía comunicar su conocimiento, se convertía en ignorante, este es un asunto que debemos resolver.

El fenómeno de la resistencia no es casual, como no lo fue el golpe de estado; y la correlación de fuerzas con que nos encontramos hoy, es producto de la lucha de clases, por lo que el estudio de esta, y la incorporación de la misma al debate es muy importante. Muchos conceptos requieren de una evaluación minuciosa, dado el cambio constante en las relaciones productivas que se generan a raíz de la forma caótica en que se desarrolla el modelo neoliberal.  La enajenación del trabajo, por ejemplo, debe entenderse, al menos entre los cuadros, muy bien, pues la relación que surge de este proceso nos indica quien es quien en el proceso. Para el caso, un maestro, se dedica fundamentalmente a reproducir las condiciones de existencia del sistema capitalista; su trabajo se encuentra en la superestructura dominante, pero no es nuestro adversario de clase, la enajenación de su trabajo no se calcula por medio de métodos relacionados con la plusvalía. Los maestros, a finales del siglo XIX, y buena parte del XX, formaban parte de una clase privilegiada por el conocimiento, lo que los llevaba a reproducir una y otra vez los patrones de conducta de la burguesía, sin embargo, no eran dueños de medios de producción. Qué decir de los sindicatos que en la tradición revolucionaria estaban dedicados a organizar a los obreros, pasan ahora a ser una minoría organizada en medio de un mar de desempleados, y subempleados por cuenta propia, microempresarios e incluso empresarios, que ahora suman la mayoría del proletariado.

Claro que el estudio de la lucha de clases, y las categorías asociadas a ella, nos llevaran a poner atención al proceso revolucionario mediante el cual se cambian las sociedades. Esto no es un tema fácil, y debe abordarse con seriedad en el debate de las ideas, al que tanto temen nuestros adversarios de la derecha. El frente es apenas el comienzo de un organismo que debe convertirse en un ente con vida propia, identidad clara de sus miembros, una lucha ideológicamente sostenida.  Por el momento, la idea de que el frente debe ser un cumulo de micro identidades, aleja a este de las masas en rebelión; estas muestran mucha mayor madurez, e imponen sus criterios y se asocian con el liderazgo que amalgama este momento de la lucha.

El análisis del papel de las organizaciones y sus fines, es también necesario, y no debe enfocarse caprichosamente. Si vemos de cerca los problemas de género, nos damos cuenta que los mismos están arraigados entre nosotros mismos, existe machismo entre los resistentes, pero eso no nos hace menos revolucionarios; seguramente las compañeras feministas, seguirán en una lucha contra estos males aun después de refundada la patria. Qué decir de los compañeros de los grupos LGTB, quienes han aportado un número de víctimas tremendo, también libran una batalla de principios e ideas, que tendrá continuidad dentro y fuera del frente. En conclusión, no son nuestros intereses de grupo, ni nuestras luchas organizadas sectorialmente las que le dan vida al proceso de refundación.

Se han producido agrias críticas a los partidos políticos de parte de algunas “tendencias”, movidas más por la coyuntura que por el análisis dialectico serio; entonces vamos de regreso al análisis de la lucha de clases, encontramos conceptos claros, que nos indican que los partidos políticos son instituciones eminentemente clasistas, y el problema radica en que las bases no cuentan con ese tipo de organización, y que el Frente Nacional de Resistencia Popular es el destinatario natural para ese rol. El bipartidismo, clásico en algún momento de la historia de todos los países latinoamericanos,  no es un problema surgido de la nada, es parte de la superestructura burguesa, que nosotros pretendemos cambiar.

Cuando entramos al reduccionismo, y categorizamos nuestras ideas entre refundacioncitos y electoreras, nos encasillamos en una discusión que aún no comprendemos muy bien. Veamos un par de ejemplos históricos sobre la naturaleza clasista de los partidos políticos: durante la dictadura de Carias, se atacó al pueblo que se declaraba liberal; sin embargo, sus dirigentes prevalecían como los agentes que compartían el ruedo político de la burguesía; el partido nacional existía, pero, a pesar de 16 años de carísimo, el partido liberal no dejo de existir, al contrario, funcionaba como un argumento de existencia para el nacionalismo.

En la época que va desde 1957 hasta 1980, se suceden gobiernos, liberales, nacionalistas y militares, los partidos no solo se sostienen, sino crecen, fortalecen la superestructura necesaria para sostener los regímenes militares, y hasta dan lugar a la creación de “partidos emergentes”, y promueven cambios cosméticos, que a la larga tiene consecuencias poco positivas para el proceso de liberación del país. El dictador López Arellano, ultraconservador en la década de los sesenta, cambia de careta en los 70, apoyado por ideólogos y políticos que décadas después entregarían la soberanía nacional, una y otra vez, hasta el punto que compañeros de la época desfilan ondeando la bandera de la hoz y el martillo. Los autores fueron los mismos, y respondían a los intereses de clase que justifican su existencia.

Debemos convenir que el carácter de clase de los partidos son los que definen su posición frente a la realidad, y, en consecuencia, el pueblo, en  su proceso de liberación debe organizarse en un partido político propio. Digamos que la experiencia nos demuestra que hay demasiados intereses para motivar los dirigentes de una u otra tendencia a aceptar esto. De hecho, al amparo del bipartidismos han surgido muchas organizaciones que se mueren antes de abrir los ojos; otras no pueden existir si les cortan el cordón umbilical que los une al sistema.

En ese sentido, diríamos que la idea de formación de un partido de manera formal, crearía muchísimos problemas, y atentaría contra la estabilidad de lo que se ha logrado hasta ahora. Sin embargo, seguimos sin contestar preguntas que requieren respuestas contundentes de parte de las dirigencias. Cuando organizamos núcleos de dirección en todo el país, ¿lo hacemos en nombre del Frente o de una organización en particular?; ¿Cómo explicamos que el frente tenga posiciones inexplicables en las encuestas que nos han presentado? Cuando le hacen la pregunta a un miembro cualquiera de la resistencia: ¿Cuál es su filiación política?, ¿qué responde? A esta pregunta no puede contestar: soy obrero, soy maestro, soy mujer, soy indígena, etc. Sí puede decir: soy liberal -aunque le ponga la cuña “vamos a hacer lo que diga Mel”- o soy Unificación Democrática, sin que ninguna de las dos represente su condición de clase. [1]

Luego llega el problema esencial sobre la naturaleza de nuestra lucha, y otra vez nos aparece la lucha de clases. Tomemos el caso de los compañeros indígenas y negros, y la visión euro centrista de la revolución; la liberación de los pueblos originarios es un proceso dialectico obligado en la agenda que nos ha dejado la conquista y su proceso de acumulación originaria; sin embargo, esto no libera al resto de nuestras organizaciones. Consecuentemente, debemos presumir que la lucha sectorial es una necesidad histórica en todas las sociedades; la liberación es un proceso eminentemente político y de clase.

Este es un tema de estudio muy importante que no se puede manejar en un solo ensayo, pero que sí puede debatirse para construir las ideas del poder que tanto hemos ventilado. Al final, el poder popular, los conceptos de abajo hacia arriba, y otros se fundamentan en el mismo origen, por lo que el entendimiento de este resulta impostergable.

Por ahora la clase dominante sabe que existe un opuesto, ya implantado en el imaginario del otrora cliente del show político, y habrá de intensificar su agresividad; antes ello nuestro camino es evidente: fortalecer ese referente político que ya es parte de la cotidianeidad de pueblo en lucha: la resistencia popular; una esperanza.

* Miembro del Equipo de Análisis Político del Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP
06/marzo/2011

[1] Fe de erratas: Este párrafo ha sido editado con relación al trabajo difundido por el autor, con su anuencia.

 

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Más de 1.500 delegados del zelayista Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP, izquierda) decidieron la noche del sábado por mayoría desistir de participar en las elecciones de 2013, constataron periodistas de la AFP.

Ante la ausencia del coordinador general, el derrocado presidente Manuel Zelaya, los entusiastas asambleístas se reunieron en el auditorio del instituto Central Vicente Cáceres, suroeste de Tegucigalpa, bajo la dirección del subcoordinador de la coalición de organizaciones, Juan Barahona.

La mayoría de los delegados de los 18 departamentos del país, más el llamado departamento 19 de los migrantes a Estados Unidos, votó en favor de integrar «un frente amplio» para luchar por la asamblea constituyente popular que redacte una nueva Constitución con la que «refundar» Honduras.

«No están dadas las condiciones para participar en un proceso electoral, lo que queremos es el retorno del coordinador general y los que están exiliados fuera del país y queremos la asamblea nacional constituyente», proclamó ante los asambleístas Xiomara Castro, esposa de Zelaya.

Castro trataba de acallar los gritos de algunos de los presentes que gritaban «manipulación», «manipulación», y que eran los que favorecían la posición de que el FNRP se transforme en partido político para participar en las elecciones de 2013.

Los asambleístas del Frente, integrado por miembros de organizaciones sindicales, magisteriales, estudiantiles, de mujeres, derechos humanos y facciones de partidos políticos, entre otras, decidían si la organización se convierte en un partido político que participe en las elecciones de 2013, un frente amplio o un movimiento armado para alcanzar el poder. Este último punto finalmente no fue incluido en la agenda final.

También los asambleístas ratificaron a Zelaya como coordinador general.


ANTECEDENTES:

Un nuevo Estado, una nueva Constitución:En víspera de la Asamblea de la Resistencia los pueblos indígenas y negros sientan su posición

Por Giorgio Trucchi – Lista Informativa «Nicaragua y más»

Más de 1,800 delegados y delegadas participantes de la Asamblea plurinacional, constituyente y multicultural de los pueblos indígenas y negros de Honduras analizaron, discutieron y tomaron decisiones acerca del futuro del país y en vista de la importante asamblea del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), prevista para hoy, 26 de febrero, en Tegucigalpa.

“El evento superó todas las expectativas. Logramos avanzar en una declaración política constituyente, que incluye nuestra cosmovisión, memoria histórica, saberes, principios y valores desde el punto de vista de los pueblos indígenas y negros”, comentó a la Lista Informativa, la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, (COPINH), Bertha Cáceres.

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Según Cáceres, las docenas de organizaciones que estuvieron presentes en representación de ocho pueblos,  “asumimos de manera conjunta una postura política unificada, en cuanto al tema refundacional y constituyente, y al proceso de consulta que vamos a impulsar en todas las comunidades, para enriquecer la propuesta de principios y artículos constitutivos sobre 17 temas fundamentales”.

En víspera de la Asamblea nacional del FNRP, los pueblos reunidos en San Juan Durugubuty sentaron su posición.

“Los pueblos indígenas y negros demandamos que se reconozca su aporte político y estratégico en el marco del proceso refundacional del país. Además, por unanimidad se rechazó la pretensión de ir de inmediato a un proceso electoral, y le apostamos a la vía refundacional y a la construcción del poder desde abajo”, sentenció la coordinadora del COPINH.

También, se va a pedir la participación en la Asamblea de delegados de varios pueblos indígenas y negros que hasta el momento no habían sido incluidos.

Finalmente, Cáceres explicó que, a partir de ese momento, iniciará un fuerte proceso de consulta sobre los puntos y temas tratados en el encuentro, y se impulsará y profundizará la movilización en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y negros, y en apoyo a otros sectores en resistencia.

De manera particular, la dirigente indígena evidenció la importancia de desarrollar en los próximos meses una asamblea autoconvocada de mujeres indígenas y negras de Honduras, para sentar su posición en el marco del proceso refundacional de un nuevo Estado hondureño.

“Queremos un Estado soberano, con autonomía y autodeterminación. Un Estado plurinacional y multilingüe, que reconozca las diversidades, sin intervencionismo, ni militarismo. Un Estado -continuó Cáceres- que garantice la soberanía alimentaria para los pueblos, que respete todas las formas de vida, que no se rija por el dinero y que rechace las privatizaciones y el saqueo de sus bienes naturales por parte de la oligarquía y las transnacionales”, concluyó.

Finalizando el encuentro, los pueblos indígenas y negros se autoconvocaron para una segunda asamblea a desarrollarse en el mes de junio en la Mosquitia hondureña.

Honduras: Declaración de los pueblos de la tierra y el mar mártires de San Juan

Nosotros y nosotras de los pueblos indígenas y negros de Honduras: Pech, Tawahka, Chorti, Tolupanes, Lencas, Miskitu, Creoles y Garínagu, procedentes de la tierra y el mar, autoconvocados en la comunidad de San Juan Durugubuti, Tela, Atlántida, durante los días 20, 21, 22, 23 y 24 de febrero de 2011, para juntar nuestros pensamientos, sentimientos, palabras e instalar nuestra asamblea plurinacional constituyente y multicultural, elevamos la siguiente declaración:

1.    Declaramos que nos hemos encontrado en diferentes ceremonias de nuestra espiritualidad para recibir la energía y la orientación de nuestros ancestros y ancestras, fortalecer la resistencia milenaria de nuestros pueblos para la defensa de la vida y la madre tierra.

2.    Declaramos que el régimen continuador del golpe de estado del 28 de junio de 2009, profundiza la invasión a los territorios indígenas y negros, mediante el concesionamiento de los ríos para construir represas privadas como el proyecto denominado PATUCA 1, 2 y 3, así como las multiples represas que se pretenden construir en los ríos de los territorios lencas en donde se libra una histórica batalla , explotación minera, militarización de nuestros territorios, proyectos turísticos como el de la Bahía de Tela, la implementación de las ciudades modelos , que son enclaves que lesionan la soberanía de Honduras como país para el servicio del narcotráfico internacional.

3.    Declaramos nuestra solidaridad con los pueblos que habitan la Moskitia hondureña que están siendo objeto de represión, militarización y saqueo de sus bienes naturales por parte de la oligarquía y las transnacionales, de igual manera manifestamos nuestro apoyo rotundo al llamado a la auto demarcación de su territorio. Asumimos la declaración de los pueblos de la Moskitia UPINH y desde ya nos auto convocamos a las siguientes sesiones de trabajo de nuestra asamblea plurinacional constituyente multicultural en el territorio indígena Miskitu.

4.    Declaramos que es urgente que Honduras como estado, asuma la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, como parte del marco jurídico interno.

5.    Declaramos nuestra condena al régimen que impulsa la privatización de la educación, la salud, que ejecuta desalojos de comunidades indígenas como la Nueva Estanzuela del pueblo Maya Chortí, que permite el asesinato de indígenas tolupanes así como líderes de otros pueblos, mismos que quedan en la impunidad.

6.    Declaramos nuestra preocupación por los atentados y amenazas contra los medios de comunicación comunitarios, violentando el derecho a la libre emisión del pensamiento y al derecho de nuestros pueblos de crear sus propios medios de comunicación alternativos tal como lo establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo OIT, y la Declaración de la Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos Indígenas y Negros.

7.    Declaramos que esta asamblea plurinacional constituyente multicultural será continua y la misma se mantendrá hasta lograr la emisión de una nueva constitución que permita la refundación de Honduras.

8.    Declaramos nuestro respaldo al Primer Hospital Garífuna de Honduras, mismo que funciona en la comunidad de Ciriboya, municipio de Iriona, Colon, y denunciamos el manifiesto sabotaje del régimen. Exigimos la incorporación del mismo en el presupuesto de salud pública.

9.    Declaramos nuestra solidaridad con el Magisterio hondureño en la lucha por la defensa de la educación pública y la defensa del Estatuto del Docente, nos solidarizamos con el movimiento campesino que sufre la derogación del Decreto Legislativo 18-2008, nos solidarizamos con las familias de las víctimas de las y los asesinados por el régimen golpista, exigimos el retorno incondicional y seguro de los exiliados entre ellos José Manuel Zelaya, Presidente de Honduras 2006-2010.

10.    Declaramos la auto convocatoria a la gran asamblea de mujeres indígenas y negras de Honduras que se realizara en Copan Galel en el mes de mayo próximo.

11.    Los 1,800 delegados y delegadas participantes de esta Asamblea plurinacional constituyente multicultural, expresamos nuestro agradecimiento a la comunidad de San Juan Durugubuti, Tela, Atlántida, al pueblo Garífuna y su Organización Fraternal Negra de Honduras OFRANEH, por su hospitalidad, hermandad y alegría con la que nos han acogido.

Dado en la comunidad de San Juan Durugubuti, Tela, Atlántida a los veintitrés días de Febrero de dos mil once.

.-.-.-.-.-.-.-.

Carta Manuel Zelaya a la Asamblea del FNRP


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Santo Domingo, 23 de febrero de 2011

Compañeros Y Compañeras

Delegados a la Asamblea Nacional

Frente Nacional de Resistencia Popular

Pueblo Hondureño en Resistencia

A pocas horas de  dar inicio al evento más importante en la historia política hondureña, desde la formación de los partidos políticos tradicionales, a todos los miembros del FNRP les llamo a impulsar un movimiento de liberación nacional,  basado en principios e ideas revolucionarias, pro  socialistas,  para  construir una nueva sociedad.

Es importante saber que mi presencia física sigue siendo obstaculizada por los planes estratégicos de expansión del imperio, que son los  mismos  que dictaron  mi salida abrupta de la administración del estado, utilizando aquellos traidores de la  patria, que en los últimos cincuenta años gobernaron sin decoro, sin ética y sin moral.

Cada día que pasa, si bien es cierto entramos en aguas más turbulentas, debemos tener confianza que la resistencia sigue consolidando  la conciencia nacional, que se apoya en la unidad,  en el conocimiento, las ideas  y la construcción del  pensamiento popular; estas son  las armas para unir  esta asamblea del pueblo que se libera.

Desde su nacimiento, el frente es una organización política, por definición, democrática incluyente y libre, esto se debe reafirmar; evitando la “terrible” posibilidad de que se convierta en esta asamblea en un “nuevo” partido tradicional, y que esta discusión nos orille a actuar exactamente como uno de ellos.

No debemos  repetir la misma historia de viejos partidos «emergentes», que asumieron las prácticas viciosas de los partidos tradicionales, y terminaron actuando de peor forma que estos. Lo mismo podría ocurrir si aceptáramos irreflexivamente  el planteamiento de buena fe de entrar ya en el ámbito electoral.

No considero extraña esta posición, pues como sociedad,  tendemos a reproducir los patrones que sigue la clase dominante;  lo complicado del reto es construir un proceso nuevo.

Los procesos electorales en cualquier sociedad latinoamericana son virtualmente ineludibles para los pueblos en vías de liberación; nosotros no somos la excepción, pero eso no debe tomarse como una obligación, sino como una misión más.  Está claro que en este momento nuestra participación en elecciones tendría efectos más destructivos que positivos; no existen condiciones, y el control de los golpistas sobre todos los organismos de aplicación de justicia, hacen inviable por ahora esta posibilidad. Sin embargo, la realidad es dinámica, y las coyunturas pueden cambiar y estas nos obligan, a veces, de manera súbita, a tomar decisiones trascendentales. No estar listos no quiere decir que debemos estar inmóviles; al contrario, nos obliga a llevar nuestra lucha a niveles de acción organizada para exigir y presionar hasta que las condiciones sean  las que requerimos.

El Frente Nacional de Resistencia Popular como una entidad Política, debe continuar la  intensa tarea de organización, formación y movilización en todas las unidades geográficas del país; desde el caserío hasta el nivel nacional; necesitamos aproximadamente 25 mil directivas para estar listos: ningún cambio es posible si el pueblo no está organizado.

Hay que considerar que dentro del frente, existimos hombres y mujeres decididos a luchar con todo y a arriesgarlo todo; no perdamos la oportunidad abriendo desde este momento competencias estériles entre nosotros.

El  avance implacable del neoliberalismo en nuestro país, las violaciones  a los derechos humanos la mutilación de  las conquistas sociales de  maestros, obreros campesinos e indígenas; nos demuestran que en   esa materia hemos retrocedido muchos años, especialmente con la reaparición  de prácticas del crimen político que se remontan a los años ochenta. No podemos seguir esperando que alguien más haga justicia por nosotros; debemos exigir ahora mismo el desmantelamiento de todo el aparato  que encubre los  grupos paramilitares y el sistema administrador de justicia, no solo por su complicidad en el crimen del golpe de estado, sino por su complaciente actitud frente de los verdugos del pueblo. Esto solo lo lograremos con la acción permanente de presión popular.

A los grupos que actúan como un perro sediento de sangre e insaciable en sus deseos de torturar;  así como la impunidad y la indefensión en que nos encontramos debemos denunciarlos en forma cotidiana, a nivel nacional e internacional, no podemos dejar esta inmensa carga a un grupo de defensores de derechos humanos que cada día tienen más trabajo, debido a la impunidad con que actúan los asesinos. Defendernos es una tarea de todos, y desafiar al sistema opresor de justicia es una forma legítima de protegernos.

La misión es fortalecernos  y abrir tantos frentes de lucha, por nuestras demandas, como sea posible, no dar tregua; del mismo modo que ellos son implacables, nosotros debemos demostrar que somos invencibles.

La auto convocatoria constituyente es una  propuesta que formulamos  desde el mes de agosto del 2010, y debemos avanzar en ella hasta elaborar la nueva constitución donde estén todos nuestros derechos soberanos.

Es  imperativo demandar  que se haga uso trasparente de las figuras de referendo y plebiscito a la mayor brevedad posible; con ello movilizamos el pueblo, lo organizamos y acorralamos al enemigo en su propia trampa.

Queremos  una sociedad libre que respete el derecho de propiedad pero que ese derecho particular no esté por encima  del derecho  colectivo. Queremos que los ciudadanos estén por encima del mercado, y el bienestar común sea el propósito de la sociedad.  Honduras no es una propiedad privada, inscrita en el registro mercantil a nombre de unas  pocas familias que se creen dueñas del patrimonio nacional.

Los que sienten en esta lucha  que esto no corresponde a sus expectativas, deberían considerar seriamente la posibilidad de que  están en el lado equivocado.

Compatriotas, tampoco  es creyéndonos más revolucionarios que otros que construimos la nueva Honduras; es reconociendo el revolucionario que hay en cada resistente, de las diferentes fuerzas políticas y sociales en resistencia -liberales UD – que integramos el frente.

Exigir la restauración del Estado democrático, el fin de la impunidad por los crímenes de lesa humanidad, y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente amplia, incluyente, justa, soberana y originaria es una misión en la que no podemos retroceder.

Después de  casi 2 dos años que fuimos expulsados violentamente de nuestra tierra   Igual que cientos de compatriotas, confiamos que esta asamblea sea un acto de esperanza para la refundación de Honduras, y que cumpla su misión de abundar en  posiciones de unidad y  prácticas democráticas.

Resistimos y venceremos.

José Manuel Zelaya Rosales

Coordinador General

 

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Por Varela

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No. El título de ésto no es un lema de campaña ni la cabeza de un guanajo.

Tampoco estoy haciendo proselitismo por demócratas o en contra de republicanos. No me confundan.

Simplemente estoy cansado de que me tomen el pelo en este país y mis hijos, después de 30 años pagando impuestos, ahora no tienen plan de salud en la Florida.

Sólo quiero razonar con mis lectores. Y para hacerlo debemos ser prácticos y franquearnos.

Olvidemos por un momento que David Rivera dice mentiras. Él no las dice porque le convenga sino porque está enfermo: es mitomaníaco y eso es un defecto mental.

Pensemos también que cualquiera tiene un día violento, y obviemos el día que David creó un accidente de tránsito para que los votos de su contrario no llegasen a tiempo.

Dejemos en el cuaderno de lo estrictamente personal (que lo es) el hecho de que le dio un gaznatón a una mujer — lo hizo en un arrebato de celos — y ésta le puso una orden de restricción que luego desestimó (que cualquier mujer lo desestima también si recibe dinero en ese trance).

Fíjense cómo le estoy pasando la mano a Rivera.

Concentrémonos solamente en su gestión política contra la de Joe García.

Por ejemplo, a Rivera le interesa un rábano nuestro porvenir porque no quiere que tengamos una mejor salud o un mejor tratamiento a nuestras enfermedades (se opuso de lleno al plan de salud de Obama).

Sin embargo García está de acuerdo con ese plan, por lo tanto, quiere mejorarnos la salud y nuestros seguros a usted, a mí, a su familia y a la mía.

Rivera — porque representa altos intereses anticastristas que quieren estrangular al gobierno cubano para comprar la isla de punta a cabo — no desea que nos acerquemos a nuestros hermanos y familiares en Cuba. Y los envíos de medicina, comida y ropa (así como los viajes a la isla) los ve como una forma de perpetuar al gobierno cubano.

García vibra en otro plano filosófico pues busca la reunificación familiar, el establecimiento de mejores lazos entre los cubanos (incluso culturales) y la necesidad de formar una nueva política — más coherente — hacia Cuba, pues la vieja política no ha trabajado en medio siglo y ha perpetuado viejas normas.

Ésto no lo he leído en ningún lado, ésto me lo ha comentado García personalmente y porque García fue incluso uno de los políticos que cuando mi incidente del Herald trató de salvarme la vida llamando desde París al jefe de la policía Timoney para decirle que no me tirotearan (que Timoney le respondió que lo mismo cerraba el periódico por tres días y me subía pizza).

En cuanto a Rivera — con quien nunca he hablado pero sí he leído todo lo que dice y desdice — en el fondo es una continuación (empeorada incluso) de Mario Díaz-Balart… y no porque Mario tuviese una mejor agenda (que tuvo la misma de Rivera) sino porque Mario es menos cínico.

Cuando le preguntaron una vez a Díaz-Balart que si había recibido dinero de empresas que tenían negocios con Cuba dijo que habían sido contribuciones de campaña que él no manejó sino su financista. Fue una evasiva, no una mentira.

Pero Rivera hubiera contestado que eso era un chisme inventado por agentes castristas en Miami.

Para concluir, si localmente estamos mal representados en el Congreso porque hay más desempleados que turistas; si existe tan mala atención médica hacia niños y ancianos en centros comunitarios que tenemos miedo a tener hijos y a envejecer; y si nuestro sistema educacional público se desmorona tanto que muchos estudiantes están optando por hacer (y pagar) sus cursos en internet…

… si queremos cambiar eso no podemos votar por más de lo mismo sino por lo que nos dice la lógica.

Y el único cambio que los floridanos podemos hacer y que está en nuestras manos este noviembre, es poner a Joe García en el Congreso.

Eso es todo.

Por primera vez en más de 20 años podemos sacudirnos una crápula ultraderechista de encima que sólo representa a los poderosos y no le importa la clase media.

Progreso Semanal

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Por Ricardo Salgado


Es ampliamente conocido por todos los latinoamericanos el hecho de que los golpes de Estado en la región siempre son impulsados por los Estados Unidos de América y su inmenso aparato de desestabilización en aquellos países que buscan desmarcarse de las líneas de su política hegemónica. En el caso de Honduras la situación no es diferente, el imperio sigue activo tratando de “blanquear” el criminal Golpe contra la democracia en junio de 2009.

La estructura montada para la asonada militar que derrocó el gobierno constitucional de José Manuel Zelaya no  es producto de la casualidad, si no un aparato bien organizado, operativo permanentemente y que se activa de manera cuasi automática ante signos de “desviación” ideológica, aun si no existen pruebas concretas de que esto suceda. Este mecanismo demoniaco cuenta con actores internos y externos que manipulan el país desde hace décadas.

Entender esta realidad en su justa dimensión es esencial para poder comprender la envergadura del colosal adversario que debemos enfrentar para ser libres. Aprender a encontrar los medios de multiplicar la consciencia del pueblo sobre la sustancia de los hechos, resulta una misión de importancia vital para poder determinar el camino a seguir, y presentar una resistencia coherente ante la agresión permanente de una clase dominante que controla toda la institucionalidad del Estado;  que instrumentaliza con mucha eficiencia los guiones que les imponen la CIA, el Pentágono, la NSA y otros órganos de inteligencia del gobierno gringo y sus patrocinadores.

Muchas veces, caemos en las “tentaciones” que nos tira como anzuelo el imperio a través de sus “obreros” locales, y nos animamos a considerar ofertas de diálogos o a aceptar Comisiones de la Verdad que ni nos incluyen como víctimas de la dictadura, ni cumple con los requisitos mínimos aceptables por el mundo civilizado; también nos muerde constantemente el famoso “gusanito” electorero que siempre está disponible para alejarnos de los problemas centrales; cada vez que nos acercamos a estas trampas le hacemos un favor a quienes fraguaron todo este desastre que ya cuesta tantas vidas y seguramente planea cobrar muchas más.

Incluso en el caso de que le prestáramos el beneficio de la duda al régimen sobre sus intenciones, estaríamos fracasando lamentablemente si obviamos las relaciones de poder en el país, en las que el ejecutivo es apenas un apéndice de un sistema mucho más complejo y elaborado que produce y reproduce las condiciones de dominación que someten a nuestro pueblo al más terrible orden de cosas. En consecuencia, la ansiedad por llegar a cualquier arreglo, a cualquier costo, constituye un gravísimo error, que puede traer serias consecuencias para varias generaciones de hondureños y hondureñas.

Cada vez que trabajamos en la construcción de ideas, estrategias, y planes debemos tener como elemento “by default” la presencia constante de los intereses imperiales, tanto a nivel local como regional: nunca las acciones en Honduras han sido ejecutadas por la clase dominante sin el conocimiento previo del imperio, y, generalmente, han sido estructuradas con la activa participación e influencia de este.

Pensar que el Golpe de Estado es una cosa juzgada y que debe quedar archivado es una estupidez mayúscula, pues esta acción criminal de traición a la patria debe, contario sensu, permanecer para siempre en la memoria colectiva de nuestro pueblo, tanto para entender cada vez más los hechos, como para construir una nación que garantice que el bochorno no se repita nunca más, y nuestros hijos y nietos vivan conscientes de que es lo que la sociedad debe combatir a toda costa.

Indudablemente las bondades aparentes del mundo del dinero y el dudoso “prestigio” de poseer una visa gringa motivan intensamente a muchas personas; sin embargo, condicionar nuestra nacionalidad y nuestra identidad a estas dadivas resulta inmoral e indigno. Desde el momento en que fallamos deliberadamente en señalar al Estado yanqui como responsable directo de todas las calamidades que nos trae la actuación servil de esta oligarquía que hace el papel de carcelero con el pueblo, y de perro faldero con sus amos del norte, entramos en una profunda distorsión de la realidad, y legitimamos estúpidamente la interminable cadena de mentiras que utilizan para manipularnos.

Todo el esquema montado para generar crisis, ejecutar el golpe y posteriormente gratificarlo mientras se le condena, tiene su etiqueta “made in USA”, por lo que todas las acciones del régimen tienen el mismo autor intelectual y patrocinador; esto implica que ni el dialogo es sincero, ni la Comisión de la Verdad busca cumplir con lo que el pueblo espera, y sus resultados estarán destinados en todo momento a justificar lo injustificable. Bajo las condiciones actuales, no deberíamos albergar ningún tipo de expectativa alrededor de este trabajo que el mismo Porfirio Lobo dijo “…buscará establecer la verdad alrededor de la crisis…”, con lo que se trata de justificar el crimen en lugar de condenarlo, evitar las reparaciones del caso y dejar intactas las estructuras que lo ejecutaron, y, por lo tanto, condenar al pueblo una vez más a la impunidad sin límites.

Peor es el intento implícito de perdonar a los criminales; no existe ninguna opción de movernos hacia adelante si todos los crímenes que se han perpetrado desde el golpe contra el pueblo de Honduras se echan en un saco para provocar la amnesia colectiva. No solo es inmoral e ilegal, sino que condena a las generaciones más jóvenes a vivir durante décadas en incertidumbre y conflicto permanentes.

Todo esto se genera desde el plan de “normalización” diseñado cuidadosamente por laboratorios o “think tanks” del imperio que ven el “caso Honduras” como una movida de importancia crítica para su estrategia de contra ataque para recuperar la hegemonía en el continente.

Muchas veces los gringos evaden su responsabilidad diciendo que es “cómodo culpar de todo a los Estados Unidos”, como si pudiéramos cerrar los ojos o hacernos los ciegos a la larga historia de sangre que llevan en sus anales, con más de 100 golpes de estado a lo largo del continente en un periodo de 100 años. Ninguna sociedad hegemónica de la historia, ha hecho tanto daño a los pueblos que le rodean, y nunca antes la humanidad sufrió tanto por culpa de los intereses de un solo despropósito.

Es pues muy importante señalar con firmeza la participación imperial en la tragedia hondureña; no hacerlo, distorsionará irremediablemente la verdad, y, por lo tanto, el futuro de nuestro pueblo. Esto no debe de ninguna manera significar que renunciemos a nuestra condición de protagonista fundamental de nuestra historia, o simplemente a “inmovilizarnos movilizándonos”. Sin embargo, es imperativo organizarnos y llevar, trasladar luces a todos los rincones del país para entender que detrás de la dictadura funciona un aparato inmensamente más tenebroso y mortífero que los sirvientes que simplemente cumplen órdenes a cambio de llevar vidas onerosas.

Las acciones de los lideres deben ir orientadas a organizar, pero también a establecer esquemáticamente el proceso que nos ha traído hasta este punto, y que es necesario para seguir y conquistar mejores estadios para el pueblo hondureño, que es concretamente el protagonista de esta gesta, que ya posee connotaciones de heroísmo; nuestros líderes no deben quedarse cortos; por eso es tan importante trabajar duro desenmascarando permanentemente a los conspiradores y las alimañas que los apoyan en el país al tiempo que gestamos incansablemente la unidad necesaria para conquistar nuestros anhelos.

Sin verdad no hay paz, ni arreglo posible, pero la verdad no se encuentra pidiéndole a los criminales que la busquen.

15/Octubre/2010

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Por Ricardo Salgado

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Hoy es un día singular, muchos estamos siguiendo los resultados suscitados en la elección legislativa venezolana de ayer. La victoria del PSUV es clara, un mandato amplio en el congreso, que los medios burgueses pretenden engrandecer y pintarlo como una “pérdida de terreno” del presidente Chávez. No era difícil mejorar la presencia de la derecha en la Asamblea Venezolana, hasta ayer era “cero”, y cualquier cosa era ganancia. Pero, de eso a que sea una victoria política, se ocupan más mentiras y manipulación que votos. El triunfo es inobjetable y arrollador, aunque la derecha mantiene bastiones como el Estado Zulia, en el que parece haber una isla burguesa.

Las victorias normalmente “esconden” por un rato deficiencias sustanciales que deben corregirse de cara a un futuro en el que la derecha buscara crear condiciones para buscar la “vía hondureña” para destruir el proceso revolucionario. Por esta razón, la celebración del PSUV debe ser corta, y el retorno al trabajo sobrio e inmediato; la revolución bolivariana es demasiado importante para el continente como para dejar de lado las cosas que hay que rectificar, que, sin duda, son muchas.

Normalmente no resistimos la tentación de adjudicar las bajas en la aceptación del pueblo al “desgaste” que el poder produce naturalmente, cuando en realidad son nuestras carencias o defectos en el control del poder lo que nos hace más o menos aceptables ante la opinión popular. El presidente Chávez es indudablemente una figura carismática, que guía a su pueblo desde hace 12 años, pero no es aceptable para la revolución bolivariana, que sea su imagen la que deba acarrear los vicios y malas prácticas de muchos de los candidatos del PSUV.

De los resultados preliminares podemos notar un incremento en la participación, lo que, en primera instancia, no parece haber afectado especialmente el balance de fuerzas en la tierra de Bolívar. Sin embargo, debe llamar la atención que existan masas de gente pobre que todavía compran lo que les vende la propaganda burguesa, y se inclinan a creer en el mercado y la propiedad privada por sobre el bienestar común, aun si es el propio. Esto representa un reto esencial frente a las elecciones presidenciales del 2012, a las que la derecha podrá llegar con más trabajo y recursos del imperio.

Hay una tendencia clara a lo largo de la América Latina a que las derechas, auspiciadas por el Pentágono, la CIA y otras agencias gringas, reúnan todas sus fuerzas en un objetivo común, por lo que no será extraño que en dos años estos esfuerzos se traduzcan en más ataques a las iniciativas liberadoras en el continente. Si nos detenemos a pensar un poco las cosas, el Golpe de Estado en Honduras y estos procesos electorales suramericanos tienen una conexión, así como un denominador común: la injerencia descarada del imperio en busca de liquidar las aspiraciones de los pueblos.

Del mismo modo, nuestros movimientos políticos y sociales, tienen siempre una inclinación notoria a la atomización, aun en grupos muy fuertes como el PSUV. Entonces, la construcción del socialismo se vuelve más compleja, pues, en parte, la izquierda tradicional ha logrado sobrevivir dentro del sistema capitalista, y aun no tiene claridad en temas esenciales como quitarle el poder a la derecha y construir una sociedad nueva.

La experiencia venezolana de este 26 de septiembre demuestra únicamente que el pueblo es fundamentalmente revolucionario, no al contrario como se ha creído, pero se requiere una dosis enorme de trabajo a nivel popular, no solo para mejorar la calidad de vida (que dicho sea de paso, solo se puede hacer desde el poder) sino para establecer un proceso permanente de inferencia que permita a la gente discernir sobre las cosas que afectan su existencia. El imperio y sus medios masivos apuestan a infundir terror ante la ideología entre las masas, este debe ser un punto central  de nuestro trabajo.

La supuesta “desideologización” de las masas, y la tesis de que las diferencias son cosa del pasado, son típicas, y tratan de mantener vigentes las mentiras que han construido por más de 50 años, especialmente contra Cuba. Este patrón se aplica desde México hasta la Argentina, con diversos niveles de éxito. El trabajo a nivel popular debe ser permanente, de modo que la gente asimile el hecho de que su actividad cotidiana es siempre condicionada por la política.  Muchas personas todavía creen cierta la idea del ser “apolítico”, ilusión creada por la derecha y que prevalece en muchos de los que en las elecciones prefieren abstenerse.

La izquierda latinoamericana, muy característica y con definición propia, ha alcanzado su mejor momento gracias a la combinación de liderazgos fuertes y reacciones populares contundentes, con coyunturas favorables generadas especialmente por el fracaso del neoliberalismo como forma de traer bienestar a los pueblos; pero luego la cuestión en el poder es diferente, y las figuras emblemáticas deben fortalecerse para mantener los proyectos con vida. Habría entonces que revaluar las posiciones frente a la fuerza de algunos individuos que emergen como conductores de sus pueblos, y que muchas veces, desatinadamente encasillamos en el concepto de “caudillos”.

Las izquierdas no pueden apuntar mecánicamente a liderazgos inexistentes, sino que debe sustentarse en las relaciones políticas que plantea la lucha de clases en el continente. En líneas generales, las innumerables agrupaciones de izquierda en el continente se mantienen, en nombre de los principios, defendiendo posiciones dogmáticas que además son condicionadas por fuertes intereses económicos. Muchas veces, este juego aparente de ideas, somete los proyectos populares a la brutalidad de la derecha local, y del imperio.

Muchas veces ha sucedido, y sigue sucediendo, que las izquierdas se conforman con acuerdos “ventajosos” con la derecha, que al final terminan simplemente reduciendo drásticamente la relación del pueblo con su capacidad de decidir. No puede, no debe concebirse una agrupación de izquierda que no tenga como fin principal la toma del poder y la construcción del socialismo; sin embargo, muchas veces, en la práctica, se mediatizan las luchas con el solo propósito de mantener cierta hegemonía.

Los procesos electorales en los países latinoamericanos han entrado a una fase diferente; prácticamente en todos ellos se define el predominio de la izquierda sobre la derecha, esto en razón de las aspiraciones populares, no siempre en sinfín con los planteamientos políticos progresistas. Es realmente difícil entender porque cuesta tanto la unidad, si los discursos son tan parecidos; explicar porque a veces se prefiere hacer lo incomprensible en lugar de lo evidente. Al final siempre los ganadores y los perdedores son los mismos.

Ahora, en unos días, se producirán nuevas elecciones en Brasil, donde Dilma lleva una cómoda ventaja sobre su rival socialdemócrata, incluso puede ser que gane en primera vuelta. El problema vendrá después, una vez en el poder, cuando la acción desestabilizadora de la derecha apunte a separar a Dilma de la imagen de Lula, y trate de generar altos niveles de ingobernabilidad para desestabilizar, y posiblemente, vuelva a intentar una “sucesión a la Hondureña”.

El éxito de esta primera administración de Dilma dependerá en mucho de cómo entiende la izquierda su misión histórica de apoyar el gobierno del Partido de los Trabajadores; como limitar y eliminar el “desgaste” después de 12 años. Resulta crítico entender que la llegada al poder es solo un eslabón dentro del proceso de transformación de las sociedades, y que mantener la vigencia depende en mucho de lo que hagamos o dejemos de hacer. Neutralizar la derecha brasileña es una tarea de todos y todas las brasileñas.

El proceso boliviano se ve firme, por lo que es fácil suponer un crecimiento sostenido de las hostilidades provenientes del imperio; en Ecuador se han visto conflictos que hasta la fecha han podido solucionarse, pero que seguirán siendo impulsados desde las ONG patrocinadas por el imperio. En Perú se ven buenas posibilidades de que esta vez el pueblo triunfe por mucho que la derecha haga triquiñuelas y se reinvente líderes.

Para desgracia de muchos, existen todavía en Latinoamérica movimientos que no entienden su realidad concreta y aíslan sus luchas, dándole grandes espacios de acción a la derecha. En Centroamérica, el FMLN deberá hacer mucho para retener el poder, especialmente por el ritmo que le ha impuesto a su administración el titular del ejecutivo Mauricio Fúnez; es posible que el FSLN mantenga el poder, y basados en su experiencia, pueda ir consolidando el poder popular. En Honduras, el FNRP tiene pocas opciones de caminar hacia el frente si no entiende la importancia de tener en el país al derrocado presidente Zelaya, menos aun si no permite que este ejerza a plenitud sus funciones de Coordinador General del Frente.

El caso mexicano es bastante complejo, pero, nuevamente, las posibilidades de llegar a un éxito electoral mayor dependen de la capacidad de todos de entender la importancia de permitir que prevalezca la unidad para apuntalar la construcción de un modelo progresista en un país al que Estados Unidos apunta con millares de soldados desde la frontera y a la derecha transnacionalizada se le queman las mieles por traer soldados ojos azules a cuidar sus intereses.

Muchas lecciones de las elecciones de ayer; se ganó y se ganó muy bien. El triunfo es arrollador e inobjetable, un reconocimiento al pueblo venezolano, pero la celebración debe ser corta, y el trabajo intenso debe reiniciarse de inmediato; la misma fórmula vale para todos los latinoamericanos.


27/septiembre/2010

Enviado por su autor a Cubacoraje

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El presidente de la República llamó a continuar fortaleciendo la Revolución.

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El presidente Chávez destacó la «sólida victoria» que obtuvo el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en los comicios legislativos, al lograr 95 escaños frente a los 64 curules de la opositora Mesa de la Unidad Democrática.


Chávez: “A twitear los reportes de la Operación Willian Lara”


Presidente Chávez ejerció su derecho al voto



El presidente de Venezuela, Hugo Chávez felicitó este lunes al pueblo de su país por su amplia y cívica participación en las elecciones parlamentarias efectuadas el domingo, en las que el partido de Gobierno obtuvo 95 escaños de los 165 diputados de la Asamblea Nacional, mientras que la oposición logró 64 curules.


A través de su cuenta en Twitter, @chavezcandanga, el presidente venezolano emitió felicitaciones a los ciudadanos, tras la emisión del primer boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE).


«Bueno mis queridos Compatriotas, ha sido una gran jornada y hemos obtenido una sólida victoria. Suficiente para continuar profundizando el Socialismo Bolivariano y Democrático. Debemos continuar fortaleciendo la Revolución!! Una nueva Victoria del Pueblo. Les felicito a todos», escribió el mandatario.


La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, al leer el primer boletín del escrutinio, informó que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) triunfó en 17 de los 24 estados del país.


Los estados que se vistieron de rojo, color del partido PSUV, fueron: Apure (oeste), Aragua (centro-norte), Barinas (oeste), Bolívar (sur), Carabobo (centro-norte), Cojedes (oeste), Delta Amacuro (noreste), Distrito Capital (centro-norte), Falcón (noroeste), Guárico (centro), Lara (oeste), Mérida (oeste), Monagas (noreste), Portuguesa (centro), Trujillo (noroeste), Yaracuy (oeste) y Vargas (centro norte).


Caracas, Telesur/Vive   (27 de septiembre de 2010)


http://www.vive.gob.ve/inf_art.php?id_not=19174&id_s=6&id_ss=1&p=


Imagen agregada tomada de Facebook

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Reflexiones del Compañero FIDEL: Lo que quieren es el petróleo de Venezuela

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Ayer dije lo que haría si yo fuera venezolano, expliqué que los pobres eran los que más sufrían con las catástrofes naturales y razoné por qué. Más adelante añadí: “…donde el imperialismo domina y la oligarquía oportunista recibe una parte jugosa de los bienes y servicios nacionales, las masas no tienen nada que ganar o perder y, al imperio, no le preocupa un bledo las elecciones” y que “En Estados Unidos, ni siquiera las elecciones presidenciales movilizan más del 50% de los que tienen derecho a votar.

Hoy añadiría que, aún cuando en las mismas se elige la totalidad de la Cámara de Representantes, una parte del Senado y otros importantes cargos, no logran superar esa proporción.


Preguntaba por qué, en cambio, emplean sus enormes recursos mediáticos para tratar de hundir al Gobierno Revolucionario Bolivariano en un mar de mentiras y calumnias. Lo que los yankis quieren es el petróleo de Venezuela.

Todos hemos visto en estos días electorales a un grupo de bastardos personajes que, en compañía de mercenarios de la prensa local escrita, radial y televisiva, llegan a negar incluso la libertad de prensa en Venezuela.


El enemigo logró una parte de sus propósitos: impedir que el Gobierno Bolivariano contara con el apoyo de las dos terceras partes del Parlamento.

El imperio tal vez crea que obtuvo una gran victoria.

Pienso exactamente lo contrario: los resultados del 26 de septiembre constituyen una victoria de la Revolución Bolivariana y su líder Hugo Chávez Frías.

En estas elecciones parlamentarias la participación de los electores se elevó al record de 66,45 por ciento. El imperio con sus inmensos recursos no pudo impedir que el P.S.U.V., faltando 6 por adjudicar, obtuviera 95 de los 165 miembros del Parlamento. Lo más importante es el ingreso en esa institución de un elevado número de jóvenes, mujeres y otros militantes combativos y probados.

La Revolución Bolivariana tiene hoy el Poder Ejecutivo, amplia mayoría en el Parlamento y un partido capaz de movilizar a millones de luchadores por el socialismo.


Estados Unidos no cuenta en Venezuela más que con fragmentos de Partidos, hilvanados por el miedo a la Revolución, y groseras apetencias materiales.

No podrán acudir al golpe de Estado en Venezuela como hicieron con Allende en Chile y otros países de Nuestra América.

Las Fuerzas Armadas de ese hermano país, educadas en el espíritu y el ejemplo del Libertador, que en su seno incubó los jefes que iniciaron el proceso, son promotoras y parte de la Revolución.


Tal conjunto de fuerzas es invencible. No lo vería con tanta claridad sin la experiencia vivida durante más de medio siglo.


firma-fidel.jpgFidel Castro Ruz
Septiembre 27 de 2010
3 y 24 a.m.

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