Cubadebate, publica en exclusiva “La victoria estratégica”, el libro del Comandante en Jefe Fidel Castro. La obra fue presentada por su autor en La Habana, ante un auditorio encabezado por un grupo de guerrilleros que lo acompañaron en la Sierra Maestra.
Los capítulos se mostrarán, tanto en mi blog como en Cubadebate, en orden inverso a su aparición:
Fue una victoria rotunda de nuestras fuerzas guerrilleras. Con la retirada de las últimas unidades del Ejército de la tiranía de Las Mercedes quedó derrotada de forma aplastante y definitiva la gran ofensiva enemiga contra el territorio rebelde del Primer Frente de la Sierra Maestra, durante la cual el mando militar de la dictadura lanzó sus más poderosos recursos, en un intento final por destruir el núcleo central guerrillero.
En la mañana del lunes 4 de agosto continúa el cerco, establecido cinco días antes, al Batallón 17 estacionado en Las Mercedes, así como emboscadas en espera de los refuerzos que en auxilio de la tropa sitiada debía enviar el mando enemigo. Durante esos días permanecí la mayor parte del tiempo en el puesto de mando radicado en un alto al costado del aserrío de Luis González, en Jobal Arriba.
El mismo día 29 de julio, cuando dispuse el traslado de Daniel a la emboscada de contención de la tropa de Arroyón, y el de Guillermo y Lalo a la emboscada contra el eventual refuerzo enemigo, envié otra fuerza bien equipada hacia Las Mercedes. En esencia, la operación de Las Mercedes estaba concebida según el mismo esquema ya probado con éxito en ocasiones anteriores, es decir, un cerco a la tropa principal, y una fuerte línea de contención y rechazo a cualquier posible refuerzo que pudiera venir en auxilio de la tropa cercada.
Al anochecer del 29 de julio, al día siguiente del término de las acciones contra el Batallón 11 de Sánchez Mosquera, llegué con 250 hombres a las posiciones de Camilo en la loma de La Llorosa. Nunca antes en toda la guerra se habían reunido tantos combatientes rebeldes. Desde Providencia bajaron conmigo las fuerzas de Guillermo García y Lalo Sardiñas, así como los hombres de Daniel, a quien se había subordinado la tropa que comandaba Paz, y las escuadras al mando de los capitanes Pinares, Calixto García, Huber Matos y Eddy Suñol, y de los tenientes Hugo del Río, William Gálvez, Félix Duque, El Vaquerito y otros.
En el mensaje ya citado que le envié al Che el 20 de julio, horas antes de la rendición del Batallón 18 en Jigüe, le anunciaba que emprenderíamos las dos operaciones simultáneas contra las fuerzas enemigas en Santo Domingo y las Vegas de Jibacoa, le adelantaba también que él estaría al frente de esta segunda misión. El Che me contestó con una notica en la que me pedía conversar personalmente conmigo porque mis “proyectos dobles” le parecían “demasiado arriesgados”.
Capítulo 21 de “La victoria estratégica”, el libro de Fidel Castro. Usted encontrará en esta serie fotos, mapas y documentos inéditos en la vida del líder cubano y el Ejército Rebelde.
El 20 de julio al mediodía, cuando todavía no se había rendido la tropa de Jigüe, escribí en un mensaje al Che: Ya no nos falta más que soportar los bombardeos de hoy. Manda a la zona de la Plata, donde está el hospital, a los que quieran armarse. Pienso recoger todos los rifles mendoza; armar de springfields, garand y cristóbals a la gente; distribuir automáticas entre los más viejos y cortar de inmediato la retirada a los guardias de Santo Domingo y las Vegas.
El miércoles 16 de julio, víspera del esperado combate contra el refuerzo -sobre el cual teníamos noticias de que vendría desde la playa a tratar de socorrer al batallón sitiado en Jigüe-, ya habían comenzado a ejecutarse las disposiciones relacionadas con el estrechamiento del cerco. Guillermo García ocupó con su pelotón las posiciones indicadas en la falda del firme de Manacas, directamente sobre el campamento enemigo.
Durante los primeros seis días de la Batalla de Jigüe, mientras se desarrollaban las acciones iniciales en el cerco y los dos combates de Guillermo García en el río La Plata, las fuerzas rebeldes, concentradas en Purialón en espera de los refuerzos que debían venir desde la playa para apoyar a la tropa sitiada, habían permanecido casi todo el tiempo ociosas. Solamente tuvieron ocasión de actuar los días 15 y 16 de julio en la captura de la mayor parte de los guardias escapados de la segunda emboscada de Guillermo el día 14
“El 13 de julio, al segundo día del comienzo de las acciones en Jigüe, recibí en mi puesto de mando en el alto de Cahuara la información de que fuerzas del Batallón 17 enemigo habían comenzado a avanzar desde San Lorenzo en dirección a Minas de Frío. La noticia era preocupante. Si el enemigo lograba ocupar las Minas se colocaba en posición privilegiada para penetrar en el corazón de nuestro territorio.”
Capítulo 17 de “La victoria estratégica”, el libro de Fidel Castro. Usted encontrará en esta serie fotos, mapas y documentos inéditos de la primera mitad del año 1958 en la vida del líder cubano y el Ejército Rebelde.
Al amanecer del viernes 11 de julio, el mismo día que un obús de mortero 81 hirió mortalmente a Geonel y a Carlitos en la zona de la Comandancia de La Plata, comenzó a ponerse en práctica el plan elaborado para la captura del batallón enemigo acampado en Jigüe. Alrededor de las 5:30 de la mañana de ese día, 20 fusiles rebeldes abrieron fuego contra la formación de soldados que se preparaban para iniciar el día en el campamento. El tiroteo duró unos 15 minutos, y después, tal como estaba previsto, se hizo silencio desde nuestras posiciones en la falda del alto de Cahuara, para simular un simple hostigamiento.
“Resulta obligado dedicar, en este recuento de la gran ofensiva enemiga, un capítulo al funcionamiento del dispositivo de retaguardia de nuestra acción militar, pues su actividad fue, sin duda alguna, una de las razones de nuestra victoria. Ya dije antes que en la labor de retaguardia fue decisivo el papel desempeñado por Celia.”
Con el Combate de Pueblo Nuevo y el inicio de lo que llamé entonces la primera Batalla de Santo Domingo, las fuerzas rebeldes dieron el primer paso para arrebatar la iniciativa al enemigo, quien la mantendrá parcialmente todavía en los demás sectores donde se desarrollaba su ofensiva. No será hasta el 5 de julio, fecha en que ocurrió el Combate de El Naranjal, cuando el Ejército perderá su empuje en el sector sur, es decir, en la zona del río de La Plata.
“Tal como yo había previsto, al día siguiente de la ocupación de San Lorenzo, mientras las fuerzas del Batallón 17 permanecían en el caserío desierto, las Compañías 91 y 93 del Batallón 19 siguieron su avance en dirección a Meriño. Subieron a El Tabaco buscando la loma de Caraquita y chocaron con una emboscada rebelde de la escuadra del teniente Ciro del Río, de la tropa del Che. Tras un breve encuentro, los guardias rebasaron el firme y bajaron al pequeño caserío de Meriño, donde los pocos bohíos estaban desiertos.”
“El Batallón 22 entró en Santo Domingo al mediodía del sábado 28 de junio, y su jefe, el comandante Eugenio Menéndez, recibió la orden del teniente coronel Sánchez Mosquera de proseguir la marcha río arriba y establecer campamento a la altura de Santana.” Capítulo 12 de “La victoria estratégica”, de Fidel Castro, con fotos, mapas y documentos inéditos.
“El 20 de junio, el mismo día de la ocupación por el enemigo de las Vegas de Jibacoa, le ordené a Raúl Castro Mercader y a Angelito Verdecia que cubrieran con sus hombres la subida hacia Minas del Infierno y Mompié desde las Vegas. Como se recordará, los dos capitanes estaban situados en ese momento detrás de Las Mercedes, esa posición resguardaba la subida hacia el firme de la Maestra en la zona de San Lorenzo, por la vía de la loma de El Gurugú.”
“Los días 19 y 20 de junio fueron posiblemente los más críticos de toda la ofensiva. En el transcurso de esas jornadas, como ya hemos relatado en los capítulos anteriores, las fuerzas enemigas lograron ocupar Santo Domingo y las Vegas de Jibacoa, bases de operaciones potencialmente muy importantes para el posterior asalto al reducto rebelde en el firme de la Maestra.”
“El 16 de junio de 1958, el puesto de mando de la zona de operaciones, en Bayamo, emitió la Orden Número 99, en la que disponía el movimiento de dos de las compañías del Batallón 18 en dirección a las cabezadas del río La Plata, en cumplimiento de la idea estratégica inicial del Plan F-F, que, como se recordará, consistía en enlazar esta fuerza con las que penetraran hacia ese mismo punto desde el Norte.”
“El 15 de junio, la fuerza enemiga que había alcanzado dos días antes El Descanso se movió desde ese punto hasta la boca de Los Lirios y entró en contacto visual con Lalo Sardiñas, quien me informó que se trataba de 400 guardias. La cifra, indudablemente, tal vez fuera alta, pero hay que tener en cuenta la impresión que debió causar al jefe guerrillero ver desfilar a pocos cientos de metros de su posición a casi un batallón completo de las fuerzas más experimentadas, y al jefe más agresivo y sanguinario del Ejército de Batista.”
“Yo confiaba aún en las posibilidades de recibir suministros desde el exterior, pero estaba convencido de que, incluso, en el caso de que no fuese así -y no fue así-, los planes de defensa que habíamos elaborado nos permitirían resistir con nuestros propios medios y con los que fuéramos arrancando al enemigo, hasta que llegara el momento en que la ofensiva se desgastara y detuviera. Entonces sería cuando la iniciativa pasaría a nuestras manos.”
“El mando enemigo desencadenó la primera fase de su ofensiva el 25 de mayo. Ese día comenzó a avanzar hacia el caserío de Las Mercedes, desde su base de operaciones en Cerro Pelado, el fuerte Batallón 17, al mando del comandante Pablo Corzo, reforzado por la Compañía 81 del Batallón 20. Allí, en Las Mercedes, donde comenzó la gran ofensiva enemiga con la que se esperaba dar el golpe de muerte al núcleo principal de la guerrilla, terminará también la operación, 74 días después, con una rotunda victoria del Ejército Rebelde.”
“El fracaso de la huelga de abril estimuló a los mandos militares de la tiranía a acelerar los planes de la gran ofensiva que venían preparando contra el Ejército Rebelde y, en particular, contra el territorio del Primer Frente, desde la derrota de la campaña de invierno. En total fueron lanzados contra la montaña 10 000 hombres, artillería, aviación, unidades navales, tanques y abundante apoyo logístico, en una operación considerada definitiva.”
Presentan en La Habana el libro “La victoria estratégica”, de Fidel Castro. Es este un libro voluminoso de 896 páginas, cosido a máquina, con una impresión de cubierta que tiene un tratamiento combinado de barniz ultravioleta, brillo mate, con estampado y relieve.
Fidel contó anécdotas y detalles de los momentos vividos en la Sierra Maestra en 1958, previo al Triunfo de la Revolución. Y confiesa: “La vida, al fin, ha desbordado nuestras predicciones y sueños”.
Dentro de breves días será publicado el libro en el que, bajo el título de “La victoria estratégica”, narro la batalla que libró del exterminio al pequeño Ejército Rebelde.
Lo inicio con una introducción en la que explico mis dudas acerca del título que le pondría “…no sabía si llamarla ‘La última ofensiva de Batista’ o ‘Cómo 300 derrotaron a 10 000′” que parecería un cuento de ciencia ficción. Incluye una pequeña autobiografía.
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