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Posts Tagged ‘Desaparecidos’

Queda ahora evitar que los presos políticos colombianos que hoy día permanecen en las mazmorras del régimen, pasen a engrosar esos números!!
Monday 30 may 2011

Colombia ha puesto nombre y apellidos a casi 10.000 cuerpos que habían sido sepultados sin identificar desde hace décadas.

Después de cinco meses de trabajo, el ministro de Interior y Justicia colombiano, Germán Vargas Lleras, dio a conocer este viernes la identidad de 9.969 cadáveres enterrados en fosas comunes y cementerios de diferentes puntos del país sin que nadie los hubiese reclamado.  “NN” (siglas con las que son enterrados los cuerpos de identidad desconocida) por identificar, subrayó Vargas Lleras, de los que se estima que un tercio pertenece a menores de edad.

Según el registro oficial, en Colombia hay 57.414 personas desaparecidas. De ellas, 15.600 han sido consideradas como desapariciones forzadas, cometidas por agentes del Estado y fuerzas paramilitares que han colaborado. Entre ellas hay 3.000 mujeres y otros 3.000 menores de 20 años en el momento de su desaparición.

Según el registro, en Colombia hay 57.414 personas en paradero desconocido

El avance en la identificación de desaparecidos es fruto de una iniciativa del senador Iván Cepeda del Polo Democrático. En declaraciones a Público, Cepeda destacó el largo camino que queda por delante: “De los “NN” cuya identificación acaba de entregarse, al menos 437 son víctimas de agentes estatales. Estamos ampliando la indagación a cementerios de las regiones de Meta y Guaviare, entre ellos del de la Macarena, donde la Fiscalía tiene localizados a 1.800 enterrados como “NN”, todos ellos entregados por la autoridad militar a los forenses y entre los que ya hemos identificado a algo más de 200 presuntos “falsos positivos” (jóvenes y campesinos a los que tras asesinarles se les vestía de uniforme para presentarlos como miembros de la guerrilla).

Víctimas de bombardeos

El senador del Polo Democrático ha pedido al Gobierno que entregue las “órdenes de batalla” en las que el Ejército registra sus operaciones. El objetivo es contrastar esas bitácoras con los testimonios de habitantes de las zonas donde los militares combatieron a la guerrilla de las FARC dentro del Plan Colombia. Según Cepeda, “uno de los casos más graves es el de la localidad de Granada, en cuyo cementerio han sido localizados 66 personas enterradas en dos fosas, con un número importante de menores, cuyas casas pudieron ser bombardeadas”.

La ONU cree que decenas de muertes fueron ejecuciones extrajudiciales

Para el representante en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Christian Salazar, “la desaparición forzada es una de las violaciones de los derechos humanos más graves que existen, y Colombia, lamentablemente, sufre un récord alarmante, es uno de los países del mundo con más desaparecidos”.

No hay condenas significativas en aplicación de la llamada “Ley de Justicia y Paz”, que juzga a paramilitares desmovilizados ya que sus máximos jefes han sido extraditados a Estados Unidos para que respondan por delitos de narcotráfico y, según muchos analistas, para que no desvelen las tramas negras que implicarían a amplios sectores de la sociedad colombiana. Aún así, hasta el momento se han confesado 4.420 casos de desaparición forzada por agentes del paramilitarismo, que investiga la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

Durante las últimas semanas han visitado Colombia representantes de Naciones Unidas, como el relator especial sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias y Arbitrarias, Philip Alston, que se interesó especialmente por los falsos positivos, cuyo número supera los 2.000, según fuentes judiciales. La mayoría de los falsos positivos han sido identificados, pero aún se desconoce la identidad de centenares de personas “muertas en combate” que, según la ONU, podrían ser casos de “ejecuciones extrajudiciales” que deben pasar a la justicia ordinaria.

 

Tomado de

 

 

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Queda ahora evitar que los presos políticos colombianos que hoy día permanecen en las mazmorras del régimen, pasen a engrosar esos números!!
Monday 30 may 2011

Colombia ha puesto nombre y apellidos a casi 10.000 cuerpos que habían sido sepultados sin identificar desde hace décadas.

Después de cinco meses de trabajo, el ministro de Interior y Justicia colombiano, Germán Vargas Lleras, dio a conocer este viernes la identidad de 9.969 cadáveres enterrados en fosas comunes y cementerios de diferentes puntos del país sin que nadie los hubiese reclamado.  “NN” (siglas con las que son enterrados los cuerpos de identidad desconocida) por identificar, subrayó Vargas Lleras, de los que se estima que un tercio pertenece a menores de edad.

Según el registro oficial, en Colombia hay 57.414 personas desaparecidas. De ellas, 15.600 han sido consideradas como desapariciones forzadas, cometidas por agentes del Estado y fuerzas paramilitares que han colaborado. Entre ellas hay 3.000 mujeres y otros 3.000 menores de 20 años en el momento de su desaparición.

Según el registro, en Colombia hay 57.414 personas en paradero desconocido

El avance en la identificación de desaparecidos es fruto de una iniciativa del senador Iván Cepeda del Polo Democrático. En declaraciones a Público, Cepeda destacó el largo camino que queda por delante: “De los “NN” cuya identificación acaba de entregarse, al menos 437 son víctimas de agentes estatales. Estamos ampliando la indagación a cementerios de las regiones de Meta y Guaviare, entre ellos del de la Macarena, donde la Fiscalía tiene localizados a 1.800 enterrados como “NN”, todos ellos entregados por la autoridad militar a los forenses y entre los que ya hemos identificado a algo más de 200 presuntos “falsos positivos” (jóvenes y campesinos a los que tras asesinarles se les vestía de uniforme para presentarlos como miembros de la guerrilla).

Víctimas de bombardeos

El senador del Polo Democrático ha pedido al Gobierno que entregue las “órdenes de batalla” en las que el Ejército registra sus operaciones. El objetivo es contrastar esas bitácoras con los testimonios de habitantes de las zonas donde los militares combatieron a la guerrilla de las FARC dentro del Plan Colombia. Según Cepeda, “uno de los casos más graves es el de la localidad de Granada, en cuyo cementerio han sido localizados 66 personas enterradas en dos fosas, con un número importante de menores, cuyas casas pudieron ser bombardeadas”.

La ONU cree que decenas de muertes fueron ejecuciones extrajudiciales

Para el representante en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Christian Salazar, “la desaparición forzada es una de las violaciones de los derechos humanos más graves que existen, y Colombia, lamentablemente, sufre un récord alarmante, es uno de los países del mundo con más desaparecidos”.

No hay condenas significativas en aplicación de la llamada “Ley de Justicia y Paz”, que juzga a paramilitares desmovilizados ya que sus máximos jefes han sido extraditados a Estados Unidos para que respondan por delitos de narcotráfico y, según muchos analistas, para que no desvelen las tramas negras que implicarían a amplios sectores de la sociedad colombiana. Aún así, hasta el momento se han confesado 4.420 casos de desaparición forzada por agentes del paramilitarismo, que investiga la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

Durante las últimas semanas han visitado Colombia representantes de Naciones Unidas, como el relator especial sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias y Arbitrarias, Philip Alston, que se interesó especialmente por los falsos positivos, cuyo número supera los 2.000, según fuentes judiciales. La mayoría de los falsos positivos han sido identificados, pero aún se desconoce la identidad de centenares de personas “muertas en combate” que, según la ONU, podrían ser casos de “ejecuciones extrajudiciales” que deben pasar a la justicia ordinaria.

 

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Por Osvaldo Bayer

El martes pasado se recordó en toda Alemania el Día del Holocausto. Fue el aniversario de cuando en 1945 fue liberado de los nazis el campo de concentración de Auschwitz. En una ceremonia profunda, fue el Parlamento alemán, en una sesión especial, el que le puso a esta fecha la emoción impregnada de rabia y de vergüenza de esa realidad tan cruel. El presidente alemán Köhler habló con un acento que denotaba su búsqueda de las verdaderas expresiones para describir un crimen tan ominoso como el de los campos de concentración nazis, donde fueron asesinados millones de seres humanos, niños, mujeres y hombres, judíos, gitanos, enemigos políticos, homosexuales y personas discapacitadas. En los palcos había representantes de todas esas víctimas. Pero, además, se hallaban alumnos de colegios secundarios, y universidades, docentes e integrantes de organismos de derechos humanos. Luego del discurso presidencial, ocuparon el centro de la escena cuatro niñas que leyeron trozos de cartas de las víctimas. Y luego un cuarteto musical trajo la música de Bach, que sirvió, tal vez, como búsqueda de consuelo imposible de encontrar. Sirvió para comprobar que los asesinatos no quedan impunes y que siempre hay una luz de esperanza cuando los asesinos son condenados para siempre por la Historia.

Ese mismo día me tocó hablar en la Iglesia Evangélica de Gelsenkirchen, en la cuenca del Ruhr, el núcleo fabril más potente de Alemania. Allí, en esa ciudad, un centro de educación para familias lleva el nombre de Elisabeth Käsemann, la estudiante alemana asesinada por la dictadura militar argentina en 1977. Elisabeth, luego de terminar sus estudios de sociología en la universidad de Tübingen, quiso hacer sus trabajos prácticos en Latinoamérica. Luego de estar en Perú marchó hacia la Argentina, donde realizó trabajos solidarios en una villa miseria del Gran Buenos Aires. El 8 de marzo de 1977 fue secuestrada de su domicilio por una patrulla militar y llevada al campo de concentración El Vesubio, donde fue brutalmente torturada, para luego ser asesinada, el 24 de mayo del mismo año. Su padre, Ernst Käsemann, uno de los más brillantes teólogos de Alemania, viajó a la Argentina para recuperar el cuerpo de su hija. Luego de largas negociaciones y mediante el pago de 25.000 dólares, miembros del Ejército Argentino le devolvieron los restos de Elisabeth. El peor delito: además de matar impunemente, hacer negocio con el cuerpo sin vida de la víctima. Ante su tumba, en el cementerio de Tübingen, en aquel 1977, hablé en nombre del exilio argentino. Y comencé diciendo: “No dejar nunca la última palabra a los verdugos y militares, esto lo escribió Ernst Käsemann sobre su hija Elisabeth. Y por eso estamos aquí, ante su tumba, para no dejar la última palabra a los verdugos y militares argentinos que prosiguen torturando y asesinando en mi tierra, en ese país, que Ernst Käsemann denominó ‘fascinante’ pero que al mismo tiempo en esa belleza hospeda a un verdadero infierno.

Este hombre de la Palabra y la Fe no quiere que se haga de su hija una figura de mártir. No es nuestra intención, pero sin nuestra influencia, Elisabeth se ha convertido en un símbolo. En ella se ha corporizado la más hermosa de las palabras, que los pueblos del mundo exclaman en voz bien alta: Solidaridad. Detengámonos aquí y pensemos en la belleza, en la esperanzada poesía de esas sílabas, solidaridad, que con toda fuerza fue pregonada por aquellos seres humanos que con el vocablo pensaron en ayudarse mutuamente, en buscar soluciones comunes a todos, por encima de lenguas y de razas distintas. Elisabeth, como muchos otros seres de lejanos países, ha colaborado para traer una vez más la tradición humanista. De dar la mano al más débil. De desesperarse ante el dolor de los demás. De la utopía de la justa repartición de los bienes de la tierra. El prójimo. Nuestros semejantes. El compañero. La palabra contra las cámaras de gas, contra el balazo, contra la picana eléctrica, contra la desaparición, contra el robo de niños de las prisioneras”.

“Rosa Luxemburgo –proseguí aquella vez– escribía de la prisión: ‘Pese a la oscuridad de la celda, de la luz de la muerte que entra por el tragaluz del calabozo, mi corazón late pleno de una incomprensible, desconocida alegría interna como si yo caminara sobre un prado pleno de capullos regado por un triunfante rayo de sol. Y le sonrío a la vida como si yo supiera un mágico misterio, que castiga a todo lo malo y a las tristes mentiras y las convierte en pura claridad y felicidad’. Es que Rosa sabía que su lucha por los de abajo era la que le daría la razón de ser, de vivir, mientras otros acumulaban cargos o riquezas mediante el poder o la avaricia.”

Terminé mis palabras diciéndole a Elisabeth: “Elisabeth, no tengo otra cosa que ofrecerte que mi vergüenza. Pero también tengo un orgullo, angustiado, nacido de puro dolor, pero pleno de energía. Es el orgullo de poder hablar de nuestras mujeres, de aquellas que como Elisabeth perdieron sus vidas en la misma lucha. Y sé que el mejor homenaje a Elisabeth es nombrar algunas de esas mujeres, hoy desaparecidas y así recordar sus risas, sus sueños, y su fe en un futuro bien claro como las madrugadas de nuestras pampas, amplias, frescas, sin sombras, como el trinar de sus pájaros. Sí, nombrar a Liliana Isabel, Blanca Haydée, Alicia, Silvia Angélica, María Adelia, María de las Mercedes, Noemí, Raquel, María Victoria…”

Sí, María Victoria, la hija del querido Rodolfo Walsh. Recordaré siempre la alegría de él al nacer su hija: “¡Una hija, una hija…!” me repitió y sus ojos y sus labios rieron.

Y terminé diciendo: “Los vestidos de Rosa llenos de lodo en el fondo del Landwehrkanal en aquel Berlín de 1919, María Victoria Walsh que no se entregó a las bestias, y Elisabeth, Elisabeth Käsemann, la viajera de un lejano país, con su valija llena de utopías. Nuestros verdugos. Militares. No dejarles la última palabra”.

El acto del martes pasado, donde repetí aquel discurso, se hizo en la bella iglesia evangélica donde funciona el Centro de Educación Familiar Elisabeth Käsemann. Nada mejor que el nombre de la joven muerta en la Argentina para identificar a un lugar dedicado a las madres y a los niños, es decir, al futuro. Las consignas de esa institución son estos principios: “Queremos apoyar a los padres para posibilitar un sano desarrollo de sus hijos, para ofrecerles juegos propios de cada edad, para que tengan un movimiento sano, para un trato familiar libre de toda violencia, además de una sana alimentación y la alegría de cocinar para la salud. Queremos ayudar a los padres para que sientan alegría en la educación de sus hijos, para que puedan cumplir con sus necesidades y para que sepan solucionar todo conflicto familiar”. Una vez más, la ética triunfa finalmente. Los asesinos de Elisabeth, el general Suárez Mason y el teniente coronel Durán Sáenz, han pasado a la historia como miserables asesinos y torturadores. En cambio, la víctima ha sido homenajeada con este nombre a una institución que mira hacia el futuro, hacia una sociedad de sentimientos y sueños.

Lo mismo ocurrió con Auschwitz. Se recuerda todos los años a sus víctimas y se desprecia con asco a los políticos y a los uniformados que quisieron establecer un régimen basado en el odio y el racismo.

Ojalá que el 24 de marzo, el día en que comenzó la dictadura de la desaparición de personas y del robo de niños, nuestro Congreso nacional y todas las Legislaturas provinciales imiten al Bundestag alemán. Así como aquí se dedicó el día a rememorar la vergüenza más grande de este pueblo, con sus campos de concentración, sus cámaras de gas y sus seis millones de víctimas, así nuestros cuerpos legislativos deberían seguir este camino, dedicar sus sesiones de ese día a analizar el pérfido sistema de la desaparición de personas y cómo fue posible llegar a esa maldad infinita. Que hable un representante de cada bloque y luego, escuchar poesías con voz infantil de nuestros poetas desaparecidos y una música dedicada a ellos, una música propia de la tierra que los vio nacer. Y, además, que una mujer nos hable sobre nuestras mujeres desaparecidas, sobre el dolor de las madres a quienes les quitaron sus hijos en el momento de dar a luz, y de la fuerza de las Madres que salieron a la calle a exigir Vida. Por supuesto, que en cada colegio secundario se dé una clase especial y en todas las universidades, en el aula magna, se recuerde a los estudiantes y docentes desaparecidos y se haga un análisis de aquel fracaso rotundo y criminal de nuestra sociedad.

Para aprender.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-119248-2009-01-31.html

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De Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos

COMPAÑERO DE ZÁRATE DESAPARECIDO

Denunciamos la desaparición del compañero Juan Evaristo Puthod desde ayer martes 29 de abril por la tarde. Juan estuvo detenido-desaparecido en varios campos de concentración, entre otros los que funcionaron en el Tiro de Federal de Zárate y en el Hospital de Campo de Mayo, y posteriormente estuvo detenido a disposición de Poder Ejecutivo Nacional, durante 6 años.
Tiene 50 años, es un activo militante en defensa de los derechos humanos, titular de la Casa de la Memoria del partido de Zárate, y ayer fue visto por última vez cuando salía de esa entidad para dirigirse a la radio donde conduce un programa vinculado a las actividades de ese organismo. Además la Casa de la Memoria está organizando un acto que se realizará en pocos días en homenaje a los compañeros Pereyra Rossi y Cambiasso, secuestrados y desaparecidos por Patti.
Repudiamos esta gravísima situación, hacemos responsable al gobierno nacional y al gobierno provincial de su aparición con vida y en perfectas condiciones.
La única garantía para brindar seguridad a sobrevivientes, familiares, a todos aquellos compañeros involucrados en la lucha contra la impunidad, y al pueblo argentino todo, es que los genocidas no sigan caminando entre nosotros y estén en el lugar que les corresponde: la cárcel, común, efectiva y perpetua!
Exigimos la aparición con vida ya! de Juan Evaristo Puthod!
Exigimos la aparición con vida ya! de Julio López!
30.000 compañeros detenidos-desaparecidos PRESENTES!
No olvidamos – No perdonamos – No nos reconciliamos!

ASOCIACION DE EX DETENIDOS-DESAPARECIDOS

Contacto prensa: 15-4430-3569 / 15-3208-9786

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