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Posts Tagged ‘injerencia yanqui’

Por Alfredo García

c617x266_001nac20fot1.jpgLa tragedia de Haití demuestra que la ley internacional en la región, es tan vulnerable como la democracia. Ayer fue un golpe de Estado “constitucional” en Honduras. Hoy una invasión militar “humanitaria” en Haití.

Seis años después de la invasión que derrocó y secuestró al presidente constitucional haitiano Jean Bertrand Aristide, EU sigue disfrutando de impunidad para violar la soberanía de los Estados.

Amparado por la conmoción internacional provocada por la catástrofe en Haití, el presidente Obama movilizó unilateralmente un contingente de fuerzas militares hacia el desolado país, tomando control del aeropuerto internacional, mientras unos 10 mil soldados de combate de la 82 Brigada Aerotransportada fueron desplegados hacia áreas estratégicas con propósitos desconocidos.

Después de la invasión que derrocó a Aristide, el Consejo de Seguridad de la ONU en vez de condenar la acción unilateral de EU y Francia, decidió enviar una misión militar internacional que hasta hoy permanece en territorio haitiano, para sustituir a las tropas invasoras y ponerlas a salvo de la rebeldía popular.

Sin embargo, el presidente Obama ni siquiera se molestó en consultar con el secretario general de la ONU, bajo cuya jurisdicción se encuentra la seguridad de la nación haitiana, ni con el presidente de Brasil, país al mando de las tropas de la ONU en Haití. Tampoco la Casa Blanca coordinó con Francia, socio de menor cuantía utilizado en el zarpazo contra la soberanía y la democracia haitiana.

La invasión norteamericana encubierta con la ayuda “humanitaria”, fue denunciada por los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua, países amenazados por un cerco militar norteamericano. En Francia, el secretario de Estado de Cooperación francés, Alain Joyandet, reaccionando a la indiferencia de Washington, sugirió que la ONU debe precisar el papel de EU en la ayuda humanitaria a Haití, porque “no se trata de ocupar el país, sino de ayudarle a que recobre la vida”.

Por su parte el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, cuya cultura surcoreana no le permite cuestionar la voluntad colonial, sin darse por enterado del despliegue militar norteamericano, propuso el envió de más tropas para reforzar la misión de la ONU en el mantenimiento del orden y la distribución de ayuda humanitaria, lo que fue aprobado por resolución del Consejo de Seguridad, cuyos miembros tampoco se percataron de la pérfida acción de la Casa Blanca.

La polémica surgida por la encubierta invasión norteamericana a Haití, obligó al secretario de Defensa de EU, Robert Gates, aclarar que la labor de los soldados de combate en la isla no es policial, aunque “al igual que en cualquier lugar al que enviamos tropas, tienen la autoridad y el derecho de defenderse (…) y también tienen el derecho de defender a haitianos inocentes y a miembros de la comunidad internacional, si algo ocurre”, lo que equivale a confirmar su carácter policial. Sin embargo no mencionó si la decisión respondía a una petición del gobierno haitiano, la ONU, la OEA, o una decisión de la Casa Blanca.

La democracia y la ley internacional pueden ser alteradas por EU, pero a pesar del dolor, la desorientación y las necesidades de miles de haitianos, lo que no podrá ser alterado con una bolsa de alimentos, es la nefasta imagen invasora de los soldados norteamericanos.

http://www.discrepando.com/articulos/208-perfidia-y-oportunismo

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Por Orlando Cruz Capote*

«Las últimas maniobras geopolíticas del gobierno de los Estados Unidos de América. ¿A quién engañan?»

Si los observadores políticos siguen alguna lógica en la publicidad, filtrada sospechosamente o puesta a abierta disposición de la comunidad mundial, del guión geopolítico continuado por el gobierno estadounidense en estos finales del 2009 y principios del 2010, sólo algunos podrán descubrir o discernir por donde el imperialismo atacará en los próximos días y semanas, quizás meses.

El denominado “poder inteligente” del Presidente  Barack Husseim Obama no es más que combinación de la vieja política del “garrote y la zanahoria”, ahora incrementada y más maquiavélicamente utilizada por los medios masivos de comunicación y la industria cultural de avanzada al servicio de los intereses económicos, comerciales, financieros y militares de las grandes transnacionales que tienen su casas matrices en los EE.UU.  Es el viejo “poder blando” elaborado por miembros de los tanques pensantes (Thinks Tanks), al estilo de Nye, entre otros, que están conformando una imagen difusa, confusa y manipuladora de las verdaderas intenciones de las autoridades de la Casa Blanca y de los sectores más reaccionarios de ese país en contubernio con la derecha internacional y regional.

Hace unas semanas parecía que la violación del espacio aéreo de las aguas y el territorio jurisdiccional de Venezuela -desde Curazao, lo que implicaba a Holanda, miembro de la OTAN- era el preludio de alguna provocación mayor que debía ser ejecutada por los militares colombianos. Asimismo, los pasos finales de las maniobras para consolidar el poder en Honduras, luego del cruento golpe de Estado de Micheletti y sus acólitos, también ponían en acción defensiva a los vecinos limítrofes con ese país, y su vez, se intentaba asimilar y neutralizar, cooptar en última instancia, las protestas de los movimientos sociales y políticos de esa nación centroamericana, atemorizando al resto de la subregión.

Poco después, los sectores dominantes del Imperio del Potomac incluían a Cuba en la lista de los países patrocinadores del terrorismo internacional, adosando para el futuro un viejo y renovado elemento al dossier anti-cubano para realizar una agresión contra el Verde Caimán. Tal parece que la retórica contra Cuba aumenta en Washington, más aun luego del apresamiento en La Habana de un individuo -contratista de una empresa al servicio de la inteligencia yanqui- que repartía celulares y otros medios de comunicación entre los disidentes mercenarios de la Isla. A ese retorno a la vieja política, los medios de prensa norteamericanos lo han denominado el regreso del lenguaje de la Guerra Fría entre ambas naciones y el fin de una supuesta luna de miel entre Obama y el Presidente del Consejo de Estado y Ministros de Cuba, el General de Ejército Raúl Castro Ruz. Mientras eso sucedía, continuaban sus presiones y chantajes, amén de desestabilizaciones introducidas desde el exterior, contra Irán y su supuesto programa de fabricación de armas de destrucción masiva, plan que el testaferro Israel le brindaba una mayor cobertura que la usual por los agresivos discursos del mandatario hebreo Benjamín Netanyahu en Berlín.

Y ahora, de pronto, sucede una coyuntura especial con el terremoto de Haití y el desembarco inusitado de marines y de parte de la 82 División Aerotransportada del Pentágono. Lo que parece casual se convierte en un abrir y cerrar de ojos en una necesidad vital para esas fuerzas retrógradas que claman que esa ocupación será de largo plazo. Y no escribimos casual por un deseo semántico sino que informes difundidos por los servicios de inteligencia rusos -especialmente la flota de norte de esa potencia- dan pie para pensar que ese cataclismo ha sido provocado por la propia maquinaria de guerra norteamericana que desde su proyecto HAARP, están catalizando los sismos, los ciclones, las sequías y las lluvias en distintas regiones del planeta. Dos guerras –bueno, tres si se cuenta las operaciones aéreas y terrestres en la frontera con Pakistán- llevadas a cabo contra Irak y Afganistán (con un refuerzo en este último país de 30 mil soldados) parecían suficientes para un imperio que ha desbordado sus fuerzas y empeorado su imagen a nivel mundial y mucho más en los países árabes y en el Tercer Mundo en particular. Todo lo contrario de lo que el presidente electo expresó en su campaña por el “change”.

Al final de este pequeño recuento histórico, el triunfo -con un mínimo de votos- de Piñera como próximo presidente en Chile constituye un serio retroceso de las fuerzas de la “concertación democrática” y con ello de las fuerzas democráticas y progresistas -para qué decir de las izquierdas- en ese país y de Nuestra América, y se producen fugas -se pueden denominar como traiciones- de antiguos miembros del MAS del gobierno de Evo Morales en Bolivia y también hay divisiones en el gobierno de Correa en Ecuador. La interrogación cae por sí sola: ¿es una casualidad ese abultado y sobre-empujado avance de la derecha en América Latina y el Caribe o forma parte de planes secretos de desestabilización e ingobernabilidad tramados mucho tiempo antes, que se han precipitado contra la América mestiza de Bolívar y Martí?

No pueden existir criterios dubitativos y ambiguos sobre todos esos sucesos y tendencias que desde el año pasado se vienen dibujando en el estratégico mapa político y social del subcontinente. Y el peligro mayor sigue pendiendo como una espada de Damocles contra el proceso bolivariano de Venezuela. Todo lo demás ocurrido, muy importante, son anexos de una política enfilada al país y el gobierno, y el pueblo también como el verdadero protagonista -que no sólo cuenta con un líder, un caudal de ideas y accionares revolucionarios si no, por si fuera poco, con recursos naturales, el petróleo en primer lugar- que el imperialismo transnacional norteamericano desea y quiere obtener en su propio traspatio.

El ataque contra Venezuela no se hará esperar. Ojalá que las cortinas de humo por el norte -hablando geográficamente- no hagan descuidar a Chávez las fronteras cercanas al Ecuador -eslabón más débil de esa cadena de países revolucionarios- y del Perú, con sus enclaves militares estadounidenses, incluyendo los puertos para el recalo de la IV Flota de los EE.UU.

No todo lo que está escrito en el libreto del Departamento de Estado y el Pentágono se cumple de manera inmediata y segura, pues son “luminarias” que tienden a engañar a muchos. Venezuela, que es hoy por hoy el símbolo inequívoco de la rebelión popular en el continente, no debe relegarse ni desatenderse ni un instante por parte de sus dirigentes y de todos los revolucionarios del continente. El peligro mayor de una agresión imperialista está allí.

*Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar del Instituto de Filosofía, CITMA

Véase Denuncia de Chávez: http://teveo.icrt.cu/b49gmg

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Por Marco A. Gandásegui, (hijo)

c617x266_marines.jpgEl terremoto que sacudió a Haití y, en particular, su ciudad capital, Puerto Príncipe, causó decenas de miles de muertes y muchas interrogantes. Después de una semana de los trágicos movimientos sísmicos, aún no se conoce la cifra exacta de los damnificados y tampoco se ha podido establecer un mecanismo para darle sepultura decente a los muertos o iniciar la reconstrucción.

Hay varios elementos que deben ser tomados en cuenta para entender lo que pasa en Haití. En primer lugar, el país isleño fue ocupado militarmente por EEUU hace diez años. El presidente Bush decidió poner fin a la democracia en ese país exiliando a su presidente, Jean Bertrand Aristide, a Africa del Sur. EEUU le pasó el mandato de la ocupación militar a Brasil y contingentes armados de otros países de América latina. En este período de ocupación militar, Haití ha sido sometido al saqueo de sus riquezas y a la represión de su población.

La primera vez que EEUU ocupó a Haití fue en 1915. La presencia norteamericana duró 19 años, período en el cual subordinó las finanzas del país a la banca de Nueva York, la convirtió en una fábrica de azúcar y se aseguró que su población siguiera en la pobreza extrema. Décadas después, en el marco de la histeria del “anticomunismo”, EEUU instauró la dictadura de François Duvalier, “Papa Doc” que se extendió por más de treinta años (incluyendo el período de Jean-Claude Duvalier, “Baby Doc”).
Las relaciones comerciales entre EEUU y Haití se remontan a fines del siglo XVIII cuando Haití todavía era una colonia de Francia. Después de su independencia, producto de una insurrección de los esclavos en 1804, el presidente de EEUU, Tomás Jefferson “advirtió que (la libertad de los esclavos en) Haití era un mal ejemplo”. Diría que había que “confinar la peste en esa isla”. Sólo después que EEUU aboliera la esclavitud en su propio país el gobierno reconoció a Haití.

Un vocero evangélico, precandidato a la Presidencia de EEUU del Partido Republicano, Pat Robertson, culpó a los haitianos de la tragedia alegando que ese pueblo tenía un pacto con el diablo desde su independencia de Francia. En la línea racista que caracteriza a sectores muy importantes de ese país, agregó que los haitianos le dijeron al diablo que “te serviremos si nos liberas de los franceses”, Según Robertson, “el demonio les dijo OK, trato hecho”.

El presidente de EEUU, Barack Obama, por su lado, anunció “una partida inmediata de cien millones de dólares para respaldar nuestros esfuerzos de ayuda en los primeros días de esta crisis”. Pero antes del envío, ordenó el desplazamiento de 8 mil infantes de marina – con un portaviones, helicópteros y armas – para apoyar a las fuerzas armadas de Brasil diseminadas por el terremoto.

Obama también anunció que solicitó a los ex presidentes Bush y Clinton que coordinaran la iniciativa de Washington de ayuda a Haití. Durante su primer mandato, Bush recortó la ayuda que se necesitaba con urgencia en Haití y respaldó el derrocamiento del presidente Aristide. El presidente Bush (padre), apoyó el primer golpe de Estado contra Aristide en 1991. Mientras tanto, Clinton respaldó la restitución de Aristide, pero a condición de que éste aceptara duras medidas neoliberales.

La interpretación del fundamentalista de la Iglesia evangélica, Pat Robertson, no se aleja mucho de la realidad. Sin embargo, hay que aclarar el significado de los supuestos y de las metáforas del líder republicano norteamericano. Si se entiende el “diablo” como las fuerzas sociales y económicas que se formaban de manera embrionaria a principios del siglo XIX, el exabrupto de Robertson tiene algo de sentido. La industrialización capitalista de Europa occidental estaba cambiando la faz del “Viejo mundo” y recreando una “nueva periferia” en América y posteriormente en Africa y Asia.

Haití se independizó de Francia, con apoyo táctico de Londres, Madrid, y Washington, que se perfilaban como competidores del colonialismo francés. En el transcurso del siglo XIX estos países – mas Alemania y Japón, posteriormente – se convirtieron en potencias imperialistas que se disputaban mercados y territorios desde un extremo del planeta al otro. A principios del siglo XIX, la gesta separatista de Haití quedó subordinada a los diseños de quienes se presentaban como aliados de los haitianos en contra del colonialismo francés (en esos momentos encabezado por Napoleón Bonaparte). Cuando Robertson dice que los revolucionarios haitianos cometieron el error de pedirle ayuda al “diablo”, no sabe o ignora que el diablo es un eufemismo para referirse a esas futuras potencias imperialistas.

Los separatistas de la América hispana tuvieron una experiencia similar. Poco después de independencia, los países de la región quedaron endeudados con la banca inglesa. A fines del siglo XIX intervino EEUU que desplazó a la banca de Londres convirtiendo a la región en lo que sus mandatarios suelen llamar el “patio trasero”.

En Haití hay fuerzas políticas capaces de dirigir un proceso de reconstrucción. Hay que darles toda nuestra solidaridad, un esfuerzo continental. A su vez, EEUU tiene que retirar las fuerzas militares de ocupación (de nacionalidad brasileña y otras) y poner fin a su política de discriminación inaugurada por Jefferson a principios del siglo XIX. Desde Buenos Aires, CLACSO anunció que estaba creando un Fondo Gerard Pierre-Charles para apoyar la reconstrucción. Hay que seguir este ejemplo y dejar a un lado las políticas militaristas.

Panamá, 21 de enero de 2010.

http://marcoagandasegui10.blogspot.com/2010/01/el-terremoto-en-haiti-y-el-imperialismo.html

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Por José Antonio Gutiérrez D.

El pueblo haitiano y los pueblos que nos hacemos solidarios de él, no podemos menos que enfrentar a los que quieren utilizar la tragedia para reconstruir al Haití de la ocupación militar, para reconstruir al Haití de las “maquilas” y de los campos desolados, al Haití donde se comen galletas de barro y donde los makoutes [20] todavía son amos y señores de las calles en las principales ciudades. No queremos reconstruir el Haití del turismo sexual, ni el Haití de la oligarquía neo-duvalierista, ni el Haití del analfabetismo crónico. Ni tampoco nos interesa el Haití donde los niños mueren antes de ser hombres o mujeres por toda clase de enfermedades previsibles. Ese Haití es el que quieren reconstruir los misioneros del fusil y la chequera. Ese Haití, el Haití que describe la demencial “geografía” de Eduardo Galeano, ojala quede sepultado para siempre.

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El «orden» se impone en las calles de Puerto Príncipe

“La geografía”
En Chicago, no hay nadie que no sea negro. En pleno invierno, en New York, el sol fríe las piedras. En Brooklyn, la gente que llega viva a los treinta años merecería una estatua. Las mejores casas de Miami están hechas de basura. Perseguido por las ratas, Mickey huye de Hollywood.
Chicago, New York, Brooklyn, Miami y Hollywood son los nombres de algunos de los barrios de Cité Soleil, el suburbio más miserable de la capital de Haití”
Eduardo Galeano

La “Misión Civilizadora” de Estados Unidos en Haití

“Las pandillas están en control ahora” dicen los titulares de algunos diarios amarillistas sobre la desesperante situación en Haití, país que colapsó completamente con el terremoto de la semana pasada [1]. Mientras los medios de comunicación de masas nos alimentan con una dieta de notas histéricas sobre un país supuestamente a merced de bandas criminales que aterrorizan a los pobres ciudadanos y que ponen en peligro los esfuerzos humanitarios de occidente, la realidad bien pareciera ser otra. Cierto es que unos 3.000 reos se fugaron de la cárcel de Puerto Príncipe luego de su colapso, muchos de los cuales, son de bastante peligrosidad habiendo sido formados en la escuela de las pandillas de los suburbios de EEUU. Cierto es que ha habido algunos enfrentamientos con elementos de la fuerza pública y de la ONU debido a la natural exasperación de los ciudadanos que ven la ayuda bloqueada por una red de ineficiencia e indolencia [2]. Estos enfrentamientos, sin embargo, parecen haber sido más bien acotados y restringidos, y aparte de ser perfectamente entendibles en el contexto de abandono absoluto en que se encuentra la población, han sido magnificados por los medios de prensa: el sentimiento que parece reinar en la población es la solidaridad [3].

No creo, en lo personal, que esta histeria mediática sea tan inocente o mero amarillismo. Precisamente en los momentos en que estos artículos ocupan las portadas de la prensa norteamericana y europea, están empezando a llegar en auténticas hordas las tropas norteamericanas del contingente de 10.000 militares del Comando Sur que Obama ha decidido enviar a Haití, supuestamente, como parte de los esfuerzos humanitarios de la “comunidad internacional”. Sin embargo, apenas pisando suelo haitiano el día Sábado 16 de Enero, han comenzado a advertir que su rol podría ir más allá de las labores puramente humanitarias y que, atendiendo el llamado de los haitianos, podrían comenzar a hacerse cargo de la seguridad [4]. Este rol de EEUU en la “seguridad” ya ha sido abiertamente asumido [5], a lo que se suma su control del aeropuerto de Puerto Príncipe, cedido por el gobierno títere de Préval. No sería de extrañarse que esto fuera un primer paso para la ocupación de puertos y otros centros estratégicos de las comunicaciones [6].

Obviamente, todo esto pareciera ser hecho como parte de un esfuerzo internacional humanitario. Es necesario ese pie de fuerza para disciplinar a los salvajes que se matan por un paquete de arroz. Lo cierto es que todas las intervenciones imperialistas se han mostrado desde siempre con ropajes humanitarios. Jamás un gobierno imperial ha ocupado, saqueado o bombardeado un país argumentando el derecho del más fuerte. Haití se encuentra a las puertas de Florida y el corazón del Tío Sam se conmueve de ver tanta barbarie en sus narices. Esto no es algo nuevo: en 1915 también el caos se apoderó de Haití y el “benefactor del Norte” debió intervenir para contagiar un poco de civilización a ese pueblo enardecido. Esa otra intervención “humanitaria” se debió a que, durante una de las frecuentes rebeliones haitianas, el dictador Jean Vilbrun Guillaume Sam debió refugiarse en el consulado francés, desde donde fue sacado por una turba demencial que lo linchó, desmembrándole y llevando en una macabra procesión restos de su cuerpo por toda la capital. Ante tanto horror, los EEUU se vieron llamados a cumplir con su misión “civilizadora”, tras lo cual procedieron a ocupar ese país desde el día siguiente del linchamiento hasta… ¡1934!

Escarbando un poco la superficie de ese relato “oficial” uno encuentra que hay varios elementos que no cuadran con la versión “humanitaria” oficial de la ocupación. Rara vez se menciona, que el dictador linchado era un aliado cercano de EEUU, que en el contexto de la Primera Guerra Mundial, buscaba reforzar los intereses norteamericanos en contra de los intereses de Alemania, país que se habían abierto un importante espacio en Haití, controlando gran parte de su riqueza (comercio, operaciones financieras, etc.). Tampoco se menciona el interés geoestratégico de consolidar su “patio trasero” después de lograr una hegemonía absoluta tras la guerra de 1898 contra España. Mucho menos se menciona que el dictador había ordenado el día anterior de su asesinato la masacre de 167 presos políticos. Tampoco se menciona, que entre las medidas tomadas por la potencia “civilizadora” se encontró el manejo del sistema bancario haitiano, el control de su sistema de aduanas y la imposición de una Constitución en 1919 que permitió la adquisición de tierras en territorio haitiano por extranjeros y otras medidas favorables a los intereses del gran Capital, lo cual pavimentó el camino a la agroindustria de los EEUU. Tampoco se dice que para construir infraestructura se redujo a los haitianos a una forma de esclavitud llamada corvée. Y mucho menos se mencionan los efectos de esta ocupación: la formación de un ejército que desde el retiro de las tropas estadounidenses hasta su disolución en 1995 no se dedicaron a otra cosa que a masacrar civiles y fomentar dictaduras; una economía en extremo atrofiada, moldeada por los más estrechos intereses del capital extranjero; y la creación de un Estado extremadamente centralizado que sentó las bases para la posterior dictadura duvalierista [7].

Todo esto, claro, en nombre de restaurar la “paz y el orden”. Ahora, nuevamente, se sienten llamados a cumplir con su “misión civilizadora”. Nos recuerda la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, que su trabajo no pretende suplantar al gobierno haitiano, sino que a apoyarlo. Sin embargo, decisiones arbitrarias tomadas por las fuerzas de ocupación estadounidenses al mando del aeropuerto, están retrasando la preciosa ayuda humanitaria en lugar de hacer más expedita su distribución, lo que ya ha costado más de una protesta de otros actores internacionales [8]. Dicho sea de paso, mientras se retrasan los aviones con ayuda médica, jamás se ha retrasado uno sólo de los vuelos militares –lo que da una aproximación a la idea de “ayuda” manejada por los EEUU. Sea como sea, esta crisis que permite a los EEUU reforzar su presencia militar en la región Caribe les cae como anillo al dedo, precisamente, cuando han reactivado la Cuarta Flota y convertido a Colombia en una plataforma militar de alcance hemisférico.

Por otra parte, no son solamente los EEUU los que se sienten llamados a “civilizar” a Haití. De un tiempo a la fecha, todo el mundo se cree con derecho a esta tarea. Pero aún están aquellos que dividen las ocupaciones militares, de manera un tanto maniquea, entre las ocupaciones “buenas”, a cargo de la ONU, y las ocupaciones “malas”, a cargo de EEUU. No podemos olvidar que Haití es un país que está bajo ocupación militar desde el 2004, bajo una misión de cascos azules conocida como la MINUSTAH, cuyo supuesto objetivo era estabilizar a Haití luego del golpe de Estado en contra del presidente Jean Bertrand Aristide [9]. Esta misión de la ONU ha fracasado en “estabilizar” a Haití, pero ha sido bastante exitosa en consolidar el predominio absoluto de una minúscula oligarquía nacional neo-duvalierista [10], en establecerse como el ejército de facto de la dictadura post-golpe, en asesinar a opositores del régimen, en aterrorizar cualquier forma de protesta y en incurrir en toda clase de abusos en contra de la población local, incluidos numerosos casos de abuso sexual [11]. También esta misión ha demostrado ser bastante ineficiente a la hora de realizar tareas humanitarias, como lo demostró la pasada temporada de huracanes [12]. Es para nosotros una incógnita entonces saber en qué medida puede representar una “ayuda” al pueblo haitiano el anuncio de 3.500 nuevos efectivos de MINUSTAH hecho por Ban Ki Moon (2.000 soldados y 1.500 policías)[13]. Al hambre de pan, parece que es buena la dieta de plomo. Se sigue, de esta manera, con la misma lógica de tratar al pueblo haitiano como si fuera un perro hidrofóbico que hay que mantener a raya.

La “Misión Humanitaria” de los Organismos Financieros Internacionales en Haití

Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha anunciado que facilitará U$100.000.000 a Haití [14], con palabras que también nos dan a entender que ellos igual sienten una suerte de “misión” para con Haití. Pero (y en estas cosas siempre hay un pero) estos fondos se sumarían a la deuda que Haití ya tiene acumulada con ese organismo y aún no están claras las condiciones que se exigirán a Haití a cambio de este préstamo, las cuales en el pasado han incluido congelamiento de salarios en el sector público, programas de austeridad como mecanismo de control inflacionario y aumento en el precio de servicios como la electricidad, entre otros [15].

Es absolutamente inaceptable que se utilice esta tragedia en uno de los países más empobrecidos del mundo para forzar políticas anti-populares o para seguir aumentando su deuda externa, la cual es un jugoso negocio con el cual por siglos se ha extorsionado al pueblo haitiano: Recordemos que entre 1825-1947 Haití fue forzado, mediante la imposición de un embargo y de un bloqueo diplomático encabezado por Francia, Inglaterra y los EEUU, a pagar una indemnización de 90 millones de francos a Francia, que a fines del siglo XIX se llevaba una tajada de nada menos que del 80% del presupuesto nacional. Esta indemnización cubriría los costos de la campaña militar francesa así como las pérdidas de los esclavistas que fueron privados no solamente su propiedad (los esclavos), sino de la posibilidad de ganancias a costa de ellos [16]. Cuando en Abril del 2003 Aristide demandó que Francia devolviera ese dinero robado descaradamente, se enfrentó a la hostilidad y al ridículo por parte del gobierno francés entonces encabezado por Chirac. Ya es hora de tomar este reclamo en serio.

Demasiado es lo que deben estas potencias a Haití, país al que no han dejado de saquear en tres siglos de historia colonial y post-colonial. Tomando en cuenta esta historia, el llamado de Francia a cancelar la deuda haitiana con el Club de París, es a todas luces insuficiente [17]. No basta con sencillamente cancelar la deuda del saqueo. Es además importante hacer un acto de justicia histórica y exigir a Francia la devolución del dinero obtenido mediante esta indemnización fraudulenta.

No podemos, por otra parte, menos que exigir la cancelación absoluta e incondicional de la deuda externa haitiana en todas sus formas, sea al Club de París, al FMI, al Banco de Desarrollo Interamericano (BID) o con cualquiera otra de las instituciones financieras internacionales (que suma alrededor de U$ 1.000.000.000). Esta cancelación debe ser hecha sin imponer ninguna clase de condicionamientos económicos o políticos a Haití: recordemos que este país ya ha clasificado para la Iniciativa HIPC de reducción de la deuda externa a Países en Vías de Desarrollo Altamente Endeudados, pero esto no se ha hecho efectivo pues se pide una serie de medidas neoliberales que aún no se han podido realizar [18]. Un sentido mínimo de justicia, además, demanda que las potencias y organizaciones que han causado la ruina de Haití se comprometan a una ayuda efectiva, sin segundas intenciones, transparente y en base a donaciones, no a nuevos préstamos. No somos tan ilusos como para pensar que esto será logrado sencillamente mediante exhortaciones a la buena voluntad de los poderosos. Por ello es de gran importancia la conformación de grupos efectivos de solidaridad con Haití, que den una mano a las organizaciones populares haitianas que, en el terreno, luchan por un nuevo orden y se mantienen vigilantes para que esta tragedia no se convierta en un nuevo mecanismo para seguir profundizando la dependencia y el neo-colonialismo.

¿Qué clase de Haití queremos reconstruir? Por un Ayití desde abajo y apto para una vida humana digna

Haití está en ruinas. Y esto de mucho antes del terremoto. Ya la “comunidad internacional”, mediante una mortífera combinación de sanciones económicas, chantaje político en forma de préstamos y saqueo abierto, sumado a la MINUSTAH, se había encargado de adelantar bastante esta tarea. Haití es el resultado más dramático de un modelo criminal que se ha implantado a escala global.

Ya hay voces que advierten que Haití debiera convertirse abiertamente en un “protectorado” [19]. Nosotros nos negamos a pensar que este deba ser forzosamente el destino de Haití; nos negamos a creer que el destino de un pueblo valiente, inteligente y plenamente capacitado, deba ser la caridad, el neo-colonialismo o la miseria infrahumana. Haití debe ser reconstruido de los escombros: y eso requiere no solamente de palas mecánicas, asistencia económica o en especias, sino que, por sobretodo, visión política. Exactamente ese el terreno en el cual se libra la disputa entre los dos proyectos de Haití que vienen viviendo una lucha declarada de más de medio siglo: entre aquellos que quieren un Haití construido a la medida de su pueblo, y los que quieren un Haití construido a la medida de un capitalismo rapaz, representado en sus agentes nacionales y transnacionales.

El pueblo haitiano y los pueblos que nos hacemos solidarios de él, no podemos menos que enfrentar a los que quieren utilizar la tragedia para reconstruir al Haití de la ocupación militar, para reconstruir al Haití de las “maquilas” y de los campos desolados, al Haití donde se comen galletas de barro y donde los makoutes [20] todavía son amos y señores de las calles en las principales ciudades. No queremos reconstruir el Haití del turismo sexual, ni el Haití de la oligarquía neo-duvalierista, ni el Haití del analfabetismo crónico. Ni tampoco nos interesa el Haití donde los niños mueren antes de ser hombres o mujeres por toda clase de enfermedades previsibles. Ese Haití es el que quieren reconstruir los misioneros del fusil y la chequera. Ese Haití, el Haití que describe la demencial “geografía” de Eduardo Galeano, ojala quede sepultado para siempre. El Haití que queremos construir junto al pueblo de Haití, se resume en las propuestas mínimas entregadas desde Haití por el compañero Camille Chalmers de la Plateforme Haïtienne de Plaidoyer pour un Développement Alternatif (Plataforma Haitiana por la Defensa de un Desarrollo Alternativo, PAPDA):

• Superar el analfabetismo (45% de la población)

• Construir un sistema efectivo de educación pública, gratuito y que respete la historia, cultura y ecosistema de nuestro país

• Superar la crisis ambiental y recuperar las 30 cuencas haitianas con participación masiva de la juventud y de voluntarios internacionales

• Construir un nuevo sistema de salud público que enlace la medicina moderna y tradicional y que pueda ofrecer calidad, servicios primarios al alcance del 100% de la población para vencer la mortalidad infantil, la desnutrición, y la mortalidad materna (actualmente de 630 mujeres de cada 100.000 nacimientos)

• Reconstruir una nueva ciudad, basada en una lógica diferente: urbanización humana y equilibrada, respecto por los trabajadores y los verdaderos productores de la riqueza, que se privilegie el transporte público, parques que maximicen nuestra biodiversidad, investigación científica, agricultura urbana, producción artesanal y arte popular.

• Conquistar la soberanía alimentaria basada en una reforma agraria integral, priorizando las inversiones en agricultura que respeten al ecosistema, la biodiversidad y las necesidad así como la cultura de las mayorías.

• Destruir los vínculos de dependencia con Washington, la Unión Europea y otras formas de imperialismo. Abandono de políticas emanadas de diferentes versiones del Consenso de Washington. Romper los vínculos con las Instituciones Financieras Internacionales y son sus programas: ajustes estructurales, el Documento de Estrategia sobre Crecimiento y Reducción de la Pobreza, los documentos sobre estrategias de reducción de la pobreza, la Iniciativa HIPC (Países en Vías de Desarrollo Altamente Endeudados) y las iniciativas sobre países en post-conflicto.

• Expulsión de la MINUSTAH y la creación de brigadas de solidaridad de pueblo a pueblo.[21]

No es demasiado pedir, y los haitianos merecen esto y mucho más. Conquistarlo, es tarea del movimiento popular haitiano que debe decidir francamente y sin sectarismos sobre una plataforma de lucha común incluyente. Solamente el mismo pueblo haitiano puede ser capaz de conquistar nuevamente su liberación y construir así un destino mejor, un nuevo Ayití*, desde abajo y hacia el pueblo. Reconstruir Ayití para su pueblo y no para los capitalistas. Y nosotros, en el movimiento solidario internacional, estaremos siempre dispuestos a apoyarlos con nuestras manos solidarias.

*Ayití es el nombre de Haití en la lengua propia de los haitianos, el kreyol.

Notas:

[1] Ver por ejemplo http://www.infobae.com/mundo/495896-101275-0-La-violenc…ayuda Artículos como este se han reproducido por millares.
[2] http://www.anarkismo.net/article/15538
[3] http://www.anarkismo.net/article/15546
[4] http://www.cjad.com/news/56/1052027
[5] “US Troops to Help Haiti’s Security, Aid Flows in” Andrew Cawthorne & Catherine Bremen, Reuters, 18 de Enero, 2010.
[6] http://www.anarkismo.net/article/15539
[7] Ver Renda, Mary, «Taking Haiti», University of North Carolina Press, 2001, p.10; ver también Trouillot, Michel-Rolph, «Haiti: State Against NAtion», MR Press, 1990, pp.100-101 y Dupuy, Alex «Haiti in the World Economics», Westview Press, 1989, pp.131-133.
[8] http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/centralameric….html
[9] Para más detalles revisar http://www.anarkismo.net/article/1063 y http://www.anarkismo.net/article/4651
[10] Los Duvalier fueron la dinastía de dictadores que rigieron Haití en el período 1957-1986.
[11] http://www.anarkismo.net/article/7616
[12] http://www.anarkismo.net/article/9797
[13] “Haiti Aid Security Boosted as Looters Swarm”, Andrew Cawthorne & Catherine Bremer, Reuters, 18 de Enero, 2010.
[14] http://www.reuters.com/article/idUSN1420120920100114
[15] http://www.thenation.com/blogs/notion/517494/
[16] Ver Dupuy, op.cit., p.94
[17] http://www.rfi.fr/actuen/articles/121/article_6531.asp
[18] http://www.jubileeusa.org/haiti/food/statement.html
[19] http://www.anarkismo.net/article/15557
[20] Makoutes son los agentes secretos creados por Duvalier.
[21] http://www.anarkismo.net/article/15559
http://www.anarkismo.net/article/15564

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Por Chevige González Marcó/ Patria Grande

antenas-del-proyecto-haarp.jpg15 de enero de 2010.- Apenas 48 horas después de que el mundo empezara a conocer sobre las terribles consecuencias generadas por el terremoto de 7,3 grados en la escala de Ritcher, registrado en Haití, ya Barack Obama anunciaba que 3 mil 500 soldados estadounidenses partirían de inmediato a Haitía a brindar «solidaridad».

La tragedia de Haití generó expresiones inmediatas de cooperación por parte de decenas de países. El pequeño aeropuerto de Puerto Príncipe colapsó, ya Estados Unidos tiene control directo del aeropuerto.

Según Roger Searle, profesor de geofísica en la Universidad de Dirham (Reino Unido) El terremoto de Haití fue 35 veces más potente que la bomba de Hiroshima. El catedrático también comparó la energía liberada por el terremoto en el país caribeño con la explosión de medio millón de toneladas de TNT.

Sin embrago, según la tesis de Searle, la energía liberada en el terremoto de Haití es una centésima de la que estalló durante el devastador Tsunami en la denominada Banda Aceh, al sur de Asia. Sin duda ese tsunami y su poder destructor causaron una terrible impresión en la humanidad.

Algunos lectores dirán: esos fenómenos son la consecuencia de la contaminación y la destrucción del planeta; otros dirán: los terremotos siempre han existido y forman parte de la forma como está constituido nuestro planeta; y otros se preguntarán ¿estos fenómenos tendrán únicamente causas naturales o alguna potencia interesada en seguir ocupando espacios estratégicos está detrás de un plan militar imperial de proporciones inimaginables?

La Fuerza Aérea Estadounidense desarrolla un peligroso proyecto, que parece sacado de una película de ficción, pero no lo es, y que la comunidad internacional no sabe si ya está en ejecución. Se trata del proyecto Haarp, un sistema que puede generar violentos e inesperados cambios en el clima.

La traducción al castellano de las siglas Haarp es: Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia. Funciona a partir del ataque a la ionósfera con ondas de alta frecuencia con la potencia de 1GW, lanzadas a partir de un complejo de antenas ubicadas en Alaska. Los estadounidenses habrían logrado reproducir artificialmente una aurora boreal. Mediante este sistema pueden utilizar la energía que está presente fuera del espacio terrestre y reconducirla a los fines de generar bruscos cambios de clima. De esa forma se podrían utilizar al Haarp como un arma de guerra.

¿Será el Haarp mito o paranoia antiestadounidense?, no, en su resolución de 28 de enero de 1999 sobre medio ambiente, seguridad y política exterior (A4-0005/1999), el Parlamento Europeo señalaba que el programa HAARP manipulaba el medio ambiente con fines militares y solicitaba que HAARP. El organismo europeo, lejano de sospechas de ser antiimperialista pidió que se estableciera un convenio internacional que prohibiera el desarrollo de la máquina del clima [1].

De acuerdo con investigaciones científicas precedentes y relacionadas con la manipulación de frecuencias en la ionósfera, se conoce que mediante satélites u otros instrumentos de reconducción se puede utilizar los llamados hipocampos que generan los Haarp para otros usos distintos al cambio climático, incluso para aspectos que no necesariamente son dañinos a la humanidad, como generar capa de ozono. Los Haarp potencialmente tendrían también la capacidad, de desintegrar objetos, generar combustiones espontáneas e inducidas, e incluso cambiar patrones cerebrales, inducir conductas y producir enfermedades biológicas.

Investigaciones sobre el proyecto Haarp han surgido desde universidades estadounidenses y centros europeos. Uno de los pioneros en la investigación sobre Haarp es Nick Begich, un investigador científico de Anchorage, Alaska, la región donde se ubican las antenas del proyecto. La investigación de Begich no fue sólo científica, sino también política. Descubrió las conexiones entre patentes reservadas y de carácter secreto del gobierno estadounidense, y luego de las empresas conexas que se iban haciendo cargo de patentes relacionadas. Entre ella denunció el investigador, habían algunas que se referían a «cómo hacer «Explosiones de tipo Nuclear sin Radiación», sistemas radiantes de energía, el radar de sobrehorizonte, sistemas de detección para misiles que lleven cabezas nucleares, pulsos electromagnéticos antes producidos por armas termonucleares y otros recursos de la Guerra Espacial».

Entre quienes han escrito sobre proyectos relacionados con los Haarp, se encuentra Zbigniew Brzezinski, quien fuera asesor de seguridad del ex presidente Jimmy Carter, y a quien relacionan con la tendencia política dentro del sistema de poder estadounidense que representa Barack Obama. Brzezinski se refirió a las alternativas existentes para lograr cambios en el pensamiento de los seres humanos y en la guerra ecológica. Dijo que a pesar de las incomodidades que podría generar eso en ciertos sectores, el uso de tecnologías como los Haarp era inevitable.

¿Representaba una amenaza Haití para los intereses estadounidenses?, evidentemente no, tampoco es una nación que a simple vista posea recursos naturales indispensables para Washington. Lo que si representa Haití es una posición geográfica clave en el Caribe, en el contexto de una Latinoamérica que está librando los procesos de recuperación de soberanía más importantes desde la Guerra de Independencia.

Es además Haití, uno de los países más pobres del mundo, tratado tanto por EEUU como por algunas potencias europeas como un campo de experimentación. Del Imperio pocas cosas se pueden dudar.

Foto: Antenas del proyecto HAARP que algunos afirman que puede utilizarse para modificar el clima.

[1] http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+REPORT+A4-1999-0005+0+DOC+XML+V0//ES

http://www.aporrea.org/actualidad/n148866.html

Otros textos relacionados con este tema y en general, con la presencia yanqui en Haití:

Daniel Ortega: EEUU está aprovechando tragedia de Haití para instalarse en el Caribe
http://www.aporrea.org/internacionales/n148923.html

De Copenhague a Puerto Príncipe / Alirio Montoya
http://www.aporrea.org/tiburon/a93486.html

Genial bellacada imperial / Darío Botero Pérez
http://www.aporrea.org/tiburon/a93465.html

Invadir el mundo / Roberto Hernández Montoya
http://www.aporrea.org/ddhh/a93468.html

El gendarme del mundo: La solidaridad a punta de invasiones / Obed Juan Vizcaíno Nájera
http://www.aporrea.org/ddhh/a93446.html

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Con su apasionamiento habitual, Javier Monagas lanza un grito de alerta sobre el «altruísmo» yanqui: 

¿Un portaaviones en Haití? 
Por Javier Monagas Maita
yanquis_en_haiti.jpgSi algo hay que aprender de la vida, es a desconfiar de quienes nunca dan nada sin pretender ganancias múltiples a cambio.
Yo no creo en la buena fe, ni en la buena voluntad del imperio Sion asesino yanqui. Ellos son como las plagas: donde llegan arrasan con todo ¿Que Estados Unidos quiera ayudar a Haití por lo del terremoto? Yo no creo que quien ha sido el artífice del estado de miseria y caos en la nación del gran Petiòn, vaya ahora a cambiar su maldita conducta y brindar ayuda desinteresada a la empobrecida nación; precisamente gracias a las políticas invasoras del imperio sionista asesino yanqui, es que la primera nación libre del continente, es lo esto en lo que la han convertido hoy. ¡Si precisamente en la “ultima acción de ayuda yanqui”, se secuestró y expulso del país al único presidente que le brindaba esperanzas al pueblo haitiano!  -me refiero a  Aristide-. ¿Cuál fue la causa del secuestro y expulsión?  Establecer políticas que favorecían al pueblo y que no eran del agrado de los eternos invasores asesinos.

A mi parecer, los descarados opresores yanquis sólo pretenden establecerse definitivamente en la isla caribeña, para desde allí controlar a los países de la región (una nueva base).  No soy paranoico ni un iluso desconectado de la realidad.  Pero en el mundo científico está sonando mucho la capacidad desarrollada por el imperio para alterar el equilibrio natural del clima y las energías electromagnéticas del planeta (proyecto HAARP, High Frequency Advanced Auroral Research Project)

http://www.youtube.com/watch?v=dX7se6jUstI
http://www.youtube.com/watch?v=ec1ciG0D2D0&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=WdwpH_MySXM&feature=related
http://esencia21.foros.ws/t415/proyecto-harp/

Son muchas las voces calificadas en el mundo que están alertando sobre los manejos inescrupulosos por parte del sionismo asesino yanqui–israelí del clima y sus implicaciones con los movimientos telúricos, experimentando su uso como arma ¿no es casualidad que la vaguada en Venezuela fuera en un momento clave de la política nacional y regional? ¿A qué obedece que la nación más contaminante el planeta se reniegue a reducir la emisión de gases contaminantes? ¿Notan que las alteraciones climáticas y geológicas, son en naciones que le hacen peso económico y político a los yanquis? ¿Recuerdan los recientes terremotos y tormentas de arena en Irán?  Reafirmo, que no hablo con paranoia, pero es sospechosa toda la ola de acontecimientos en el mundo referente al clima y la estabilidad del planeta tierra ¿Cómo desapareció y por que motivo, la isla mejicana en el golfo de Méjico, que le garantizaba soberanía al país azteca en una amplia zona petrolera del golfo y que ahora disputan los gringos asesinos?

Si se quiere ayudar a un pueblo, lo primero que se debe hacer es garantizarle su educación, desarrollo técnico, independencia, acceso a la salud y a la alimentación, sin omitir fuentes dignas de empleo. Pero si en cambio se le invade y se le impone una dictadura sanguinaria por mas de tres décadas, se le somete a las mas aberrantes vejaciones y penurias, no es precisamente ayuda lo que se le quiere dar. Lo que se busca es someterlo y esclavizarlo.

Incluso hasta las declaraciones de ese monstruo “religioso”, Pat Robertson, un desgraciado y maldito sionista yanqui, refleja el verdadero sentir de la élite gobernante en USA e Israel. Ese es el verdadero sentimiento de esa mafia despreciable hacia los pueblos del mundo.  Por eso es que no se amilanan en asesinar a niños, mujeres y hombres inocentes en Palestina, Irak, Afganistán, Yemen, etc.

Síganle los pasos a la supuesta ayuda de ese monstruo depravado en Haití, no tardará mucho en corrérseles las costuras de su real intención. Ya el mundo tiene bastante experiencia respecto a la esencia yanqui: Vietnam, Corea, Pakistán, Panamá, Afganistán,  Santo Domingo, el mismo Haití en varias oportunidades, conoce las bondades de la ayuda yanqui, Granada, Guatemala, Honduras, El Salvador, Venezuela, Colombia.  Es decir hay un largo dossier de la bondad asesina de los malditos sionistas yanquis.

Afortunadamente en Venezuela no pudieron imponer su hipócrita presencia en el 1999, gracias a que el comandante  los mandó p’al carajo.  “Al que lo picó macagua, bejuco le para el pelo”. Así reza un refrán popular venezolano. (Macagua es una culebra) es el alerta que se hace cuando un mañoso se acerca. En este caso, el mañoso asesino es el imperio y su portaaviones de la muerte, por que esas maquinas diabólicas no están hechas para salvar ni ayudar, están fabricadas para imponer por la fuerza la voluntad despreciable del imperio especializado en crímenes colectivos hacia pueblos desarmados y empobrecidos, de eso se nutre su industria bélica y su economía de cartón.

ALERTA –  ALERTA  – ALERTA  – ALERTA
                                                                      javiermonagasmaita@yahoo.es

Véase además:

US ARMY invade HAITÍ en misión humanitaria / Diego Mena
http://www.kaosenlared.net/noticia/us-army-invade-haiti-mision-humanitaria

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