Murió… ¿O fue asesinada?
Por Rosa C. Báez
Otro de los momentos que resultaron más impactantes, dentro de las actividades realizadas en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella (CIJAM) durante las jornadas de la Brigada Internacional contra el Terrorismo Mediático, fue la presentación del documental “El día que Murió la Diplomacia” de los documentalistas Bernie Dwyer (periodista y directora irlandesa) y el cubano Roberto Ruiz Rebo.
En la presentación del documental, que recoge entrevistas a cuatro agentes infiltrados dentro de la llamada disidencia cubana, estuvieron presentes dos de estos agentes: dos mujeres cubanas que arriesgaron su vida durante casi 15 años, para frustrar los planes injerencistas de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana y del gobierno de los Estados Unidos.
Alicia Zamora y Aleida Godínez son estas mujeres, que junto a Manuel David Orrio y Odilia Collazo, completan el grupo de agentes de la Seguridad entrevistados en el documental y que junto a otros como Néstor Baguer y Pedro Serrano Urra, estuvieron infiltrados dentro de nuestros enemigos; ellas, junto a Orrio, nos cuentan la realidad de las actividades que los 75 supuestos periodistas, sindicalistas y bibliotecarios independientes realizaban en contra de la revolución cubana.
También entrevista Bernie en su documental a dos funcionarios que cumplieron misión en la Oficina de intereses norteamericana en la Habana: Wayne Smith y Vicki Huddleston, Jefes de la Sección de Intereses.
En la introducción, la realizadora expresó que el documental demuestra como la política de Estados Unidos hacia Cuba ha sido históricamente la misma y que la propaganda mediática de las transnacionales de la información en el caso de los 75 disidentes apresados por sus actividades contra Cuba, no responde a la realidad que nos presentan –con hechos probados- estos cuatro agentes, ciudadanos comunes dispuestos a entregar su vida por defender la soberanía de Cuba. Aún continúan esgrimiendo la detención y condena en 2003 de estos 75 disidentes y exponiéndola como una atentado a la libertad de expresión por parte del Gobierno cubano.
Luego de proyectado el documental, se produjo un cordial intercambio entre las agentes y los brigadistas, interesados sobre todo en cómo había incidido en la vida privada de estas mujeres su labor oculta: “Perdimos amigos, familiares, parejas, pero si tuviéramos que volver a hacerlo, lo haríamos sin dudar”. Un emotivo momento fue cuando Aleida expresó su satisfacción de haber podido retomar su vida antes de que falleciera su padre, pues para él fue un tremendo orgullo y una alegría conocer que su hija era la Agente Vilma y no la gusana Aleida…
El documental ha sido presentado en Irlanda, Suecia y algunas ciudades de Estados Unidos. Muchos de los brigadistas se comprometieron a difundir en sus países este rotundo mentís a la propaganda yanqui, como una de las primeras tareas de la Brigada contra la falsimedia, el paraperiodismo y el terrorismo mediático.
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