Por Orlando Cruz Capote*
«Las últimas maniobras geopolíticas del gobierno de los Estados Unidos de América. ¿A quién engañan?»
Si los observadores políticos siguen alguna lógica en la publicidad, filtrada sospechosamente o puesta a abierta disposición de la comunidad mundial, del guión geopolítico continuado por el gobierno estadounidense en estos finales del 2009 y principios del 2010, sólo algunos podrán descubrir o discernir por donde el imperialismo atacará en los próximos días y semanas, quizás meses.
El denominado “poder inteligente” del Presidente Barack Husseim Obama no es más que combinación de la vieja política del “garrote y la zanahoria”, ahora incrementada y más maquiavélicamente utilizada por los medios masivos de comunicación y la industria cultural de avanzada al servicio de los intereses económicos, comerciales, financieros y militares de las grandes transnacionales que tienen su casas matrices en los EE.UU. Es el viejo “poder blando” elaborado por miembros de los tanques pensantes (Thinks Tanks), al estilo de Nye, entre otros, que están conformando una imagen difusa, confusa y manipuladora de las verdaderas intenciones de las autoridades de la Casa Blanca y de los sectores más reaccionarios de ese país en contubernio con la derecha internacional y regional.
Hace unas semanas parecía que la violación del espacio aéreo de las aguas y el territorio jurisdiccional de Venezuela -desde Curazao, lo que implicaba a Holanda, miembro de la OTAN- era el preludio de alguna provocación mayor que debía ser ejecutada por los militares colombianos. Asimismo, los pasos finales de las maniobras para consolidar el poder en Honduras, luego del cruento golpe de Estado de Micheletti y sus acólitos, también ponían en acción defensiva a los vecinos limítrofes con ese país, y su vez, se intentaba asimilar y neutralizar, cooptar en última instancia, las protestas de los movimientos sociales y políticos de esa nación centroamericana, atemorizando al resto de la subregión.
Poco después, los sectores dominantes del Imperio del Potomac incluían a Cuba en la lista de los países patrocinadores del terrorismo internacional, adosando para el futuro un viejo y renovado elemento al dossier anti-cubano para realizar una agresión contra el Verde Caimán. Tal parece que la retórica contra Cuba aumenta en Washington, más aun luego del apresamiento en La Habana de un individuo -contratista de una empresa al servicio de la inteligencia yanqui- que repartía celulares y otros medios de comunicación entre los disidentes mercenarios de la Isla. A ese retorno a la vieja política, los medios de prensa norteamericanos lo han denominado el regreso del lenguaje de la Guerra Fría entre ambas naciones y el fin de una supuesta luna de miel entre Obama y el Presidente del Consejo de Estado y Ministros de Cuba, el General de Ejército Raúl Castro Ruz. Mientras eso sucedía, continuaban sus presiones y chantajes, amén de desestabilizaciones introducidas desde el exterior, contra Irán y su supuesto programa de fabricación de armas de destrucción masiva, plan que el testaferro Israel le brindaba una mayor cobertura que la usual por los agresivos discursos del mandatario hebreo Benjamín Netanyahu en Berlín.
Y ahora, de pronto, sucede una coyuntura especial con el terremoto de Haití y el desembarco inusitado de marines y de parte de la 82 División Aerotransportada del Pentágono. Lo que parece casual se convierte en un abrir y cerrar de ojos en una necesidad vital para esas fuerzas retrógradas que claman que esa ocupación será de largo plazo. Y no escribimos casual por un deseo semántico sino que informes difundidos por los servicios de inteligencia rusos -especialmente la flota de norte de esa potencia- dan pie para pensar que ese cataclismo ha sido provocado por la propia maquinaria de guerra norteamericana que desde su proyecto HAARP, están catalizando los sismos, los ciclones, las sequías y las lluvias en distintas regiones del planeta. Dos guerras –bueno, tres si se cuenta las operaciones aéreas y terrestres en la frontera con Pakistán- llevadas a cabo contra Irak y Afganistán (con un refuerzo en este último país de 30 mil soldados) parecían suficientes para un imperio que ha desbordado sus fuerzas y empeorado su imagen a nivel mundial y mucho más en los países árabes y en el Tercer Mundo en particular. Todo lo contrario de lo que el presidente electo expresó en su campaña por el “change”.
Al final de este pequeño recuento histórico, el triunfo -con un mínimo de votos- de Piñera como próximo presidente en Chile constituye un serio retroceso de las fuerzas de la “concertación democrática” y con ello de las fuerzas democráticas y progresistas -para qué decir de las izquierdas- en ese país y de Nuestra América, y se producen fugas -se pueden denominar como traiciones- de antiguos miembros del MAS del gobierno de Evo Morales en Bolivia y también hay divisiones en el gobierno de Correa en Ecuador. La interrogación cae por sí sola: ¿es una casualidad ese abultado y sobre-empujado avance de la derecha en América Latina y el Caribe o forma parte de planes secretos de desestabilización e ingobernabilidad tramados mucho tiempo antes, que se han precipitado contra la América mestiza de Bolívar y Martí?
No pueden existir criterios dubitativos y ambiguos sobre todos esos sucesos y tendencias que desde el año pasado se vienen dibujando en el estratégico mapa político y social del subcontinente. Y el peligro mayor sigue pendiendo como una espada de Damocles contra el proceso bolivariano de Venezuela. Todo lo demás ocurrido, muy importante, son anexos de una política enfilada al país y el gobierno, y el pueblo también como el verdadero protagonista -que no sólo cuenta con un líder, un caudal de ideas y accionares revolucionarios si no, por si fuera poco, con recursos naturales, el petróleo en primer lugar- que el imperialismo transnacional norteamericano desea y quiere obtener en su propio traspatio.
El ataque contra Venezuela no se hará esperar. Ojalá que las cortinas de humo por el norte -hablando geográficamente- no hagan descuidar a Chávez las fronteras cercanas al Ecuador -eslabón más débil de esa cadena de países revolucionarios- y del Perú, con sus enclaves militares estadounidenses, incluyendo los puertos para el recalo de la IV Flota de los EE.UU.
No todo lo que está escrito en el libreto del Departamento de Estado y el Pentágono se cumple de manera inmediata y segura, pues son “luminarias” que tienden a engañar a muchos. Venezuela, que es hoy por hoy el símbolo inequívoco de la rebelión popular en el continente, no debe relegarse ni desatenderse ni un instante por parte de sus dirigentes y de todos los revolucionarios del continente. El peligro mayor de una agresión imperialista está allí.
*Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar del Instituto de Filosofía, CITMA
Véase Denuncia de Chávez: http://teveo.icrt.cu/b49gmg
Estamos de acuerdo….pero he estado pensando mucho al respecto y no logro entender cual es el propósito estratégico de los gringos en Haiti, unos me dicen que es un teatro de operaciones para estar cerca de Venezuela, puede ser pero Puerto Rico está mas cercas y ya lo controlan los gringos….
Alguna idea?
Muchos lo han dicho y hasta científicamente, mejor que yo, Luis Daniel… Tomar Haití significa tener una base de operaciones que controle el Caribe, a Venezuela: significa quitarse de encima la llegada de balseros haitianos… Puerto Rico es un estado libre asociado, que como tal, tiene ciertos derechos constitucionales que el imperio no puede violar, amén de un fuerte movimiento independentista… Haití es una tierra arrasada, cuyos mejores hijos -como dijera un joven entrevistado por la TV cubana- no tienen futuro, ni líderes ni esperanzas… y no hay nadie mejor para ser dominado que un desesperado… piénsalo, Luis
Afirmativo…estás en lo cierto.
No recordaba que recientemente los gringos reactivaron la IV Flota para contrarrestar los movimientos de la Flota rusa que ya días se pasea por estas aguas y anda jugando a la marinería con los marinos Venezolanos (lo cual es bueno y entretenido ya que en su momento tambien fui marino).
Asimismo, después pensé en Colombia, pero el trato de las bases militares en ese país creo que se limita a emplazamientos en tierras firme por lo que no podrían atracar los buques grandes en las bases….si, Haiti es el sitio idóneo.
Y efectivamente no hay nadie mejor para ser dominado que un desesperado…
Habrá que estar pendientes con lo que suceda.