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Archive for the ‘Cambio climático y crisis ambiental’ Category

¿La ONU validará el golpe de «los intereses imperiales» en Copenhague?, preguntan los países del ALBA

barack-obama-y-dmitri-medvedev-en-el-bellla-center-en-copenhaguen.jpgArrogándose la representación de 192 países del mundo, un grupo de 25 naciones negoció y redactó en secreto y a puertas cerradas el acuerdo final de la Cumbre Climática de Copenhague. El texto inconsulto, ilegítimo y no vinculante «cocinado» por el mundo rico ofrece alrededor de 30 mil millones para financiar medidas de adaptación en los países en desarrollo entre 2010 y 1012, un fondo de 100 mil millones hasta 2020, y establece como objetivo que la temperatura no suba más de dos grados centígrados «lo antes posible», sin mencionar cifras concretas de reducción de emisiones y sin fijar objetivos para 2050. El documento «apócrifo, vergonzoso, inadmisible, ambiguo y lleno de promesas vacías» fue rechazado por los países del ALBA.

Apenas llegó a Copenhague, el presidente de Estados Unidos Barack Obama comenzó a negociar un acuerdo a puertas cerradas con el líder chino Wen Jiabao y con representantes de otros países escogidos, entre ellos Alemania, Reino Unido, Francia, India, Japón, Brasil, México, Rusia, Arabia Saudí, España y Suecia, además de 14 de los 130 países en desarrollo, entre ellos Leshoto, Etiopía, Sudáfrica, Sudán y Maldivas.

El embajador brasileño Sergio Serra reveló que se cocinó en la tarde y se aprobó en la noche del viernes un acuerdo para salvar al planeta que no satisface ni siquiera al selecto grupo que lo redactó a espaldas de la mayoría de los países.

El acuerdo «no es suficiente para combatir la amenaza del cambio climático, ningún país está del todo satisfecho, pero es un primer paso significativo e histórico», comentó un portavoz de la Casa Blanca. Nada pasó en una semana de negociación, no hubo un avance que cumpla las aspiraciones de 6,5 millones de personas, luego se aprobó este documento que no es perfecto, queríamos uno más ambicioso, pero es un paso adelante, dijo el representante de Noruega. El presidente francés Nicolas Sarkozy declaró que «todos los países aceptan el acuerdo», pese a que está muy lejos de lo que la UE esperaba.

Obama reconoció en la mañana que era «muy complicado» cerrar un tratado legalmente vinculante, porque «llevará un tiempo» alcanzar «más confianza» entre las partes. Más tarde, el mandatario confirmó que el acuerdo no será legalmente vinculante, pero sí fijará objetivos de recorte de emisiones de gases contaminantes para los países desarrollados.

El negociador de Estados Unidos admitió que «los resultados del esfuerzo no fueron perfectos, pero si importantes» porque, en su criterio, se lograron acuerdos importantes en cuanto a «recortes de emisiones, objetivos de países desarrollados en acciones de mitigación, un compromiso importante de transparencia y financiamiento de alrededor de 30 mil millones de 2010 a 1012, un fondo de 100 mil millones de dólares (hasta 2020), y la decisión de establecer un organismo de tecnología para acelerar la transferencia a todos los países».

El presidente Obama no propuso nada nuevo y ratificó su oferta de recortar sus emisiones en 17% con respecto a los niveles de 2005, lo que equivale tan solo a un 4% en referencia a los niveles de 1990, pese a que los científicos exigen reducciones de entre 25% y 40%.

El objetivo de los ricos es que la temperatura global no suba más de dos grados centígrados para evitar «una interferencia peligrosa» en el clima, pero según la ONU los recortes propuestos significarían un aumento de tres grados en promedio, el doble de los 1,5 grados reclamados por los países en desarrollo.

El sur rechaza las imposiciones

El documento apócrifo redactado por las naciones del norte rico apareció de repente, fue puesto a consideración del plenario, se dio una hora de plazo para que los países en desarrollo lo estudien, para luego someterlo a votación.

Venezuela, Bolivia y Cuba, además de Tuvalu, rechazaron el documento presentado en la Conferencia final de la Cumbre del Cambio Climático porque no representa los intereses de la mayoría de los pueblos.

«Nos sentimos sorprendidos y ofendidos por la metodología usada. No nos parece respetuoso que 25 ó 30 naciones decidan sobre la vida de millones de personas excluyendo a la mayoría de las 192 naciones presentes en las discusiones desde el 7 de diciembre. Hemos estado negociando durante meses sobre una de las crisis más graves de nuestra era, ¿nuestras voces no valen nada? Si este es el modo en el que los acuerdos mundiales se van a hacer, la ONU y el multilateralismo no tienen sentido», reclamó el embajador de Bolivia en la ONU Pablo Solón.

Según Solón, no es justo que las naciones del Sur tengan apenas una hora para discutir y apoyar un acuerdo antidemocrático que no expresa casi dos años de discusión. «No vamos a decidir la vida de millones de personas en una hora», dijo.

Los países partes de la Cumbre no le dieron ningún mandato a la presidencia de la Conferencia para que organice plenarias «rápidas» y «express» «arbitrarias, excluyentes y discriminatorias» para imponer un acuerdo que viola principios básicos de la democracia, denunció la delegación de Venezuela.

Dirigiéndose al presidente de la Cumbre, la delegada venezolana Claudia Salerno dijo: «Esta mano tiene tantos derechos como aquellos que llama grupo representativo de líderes. Un grupo selecto de países no pueden acordar a nombre de todos. Queremos saber si bajo la presencia y testimonio del secretario general de la ONU Ban Ki Moon se va a consumar un golpe de Estado a las Naciones Unidas».

Presentar sorpresivamente un documento sin consenso no es buena señal para el mundo. Intentar aprobar un documento sin consenso, en flagrante violación de las normas de la ONU, es la evidencia más grande de que en la COP XV se imponen «los intereses imperiales, doblegando el orgullo» de los países del sur, condenaron varios delegados de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

El «vergonzoso, insuficiente, inadmisible y ambiguo» acuerdo no menciona compromiso alguno en cuanto a la reducción de gases de efecto invernadero y es incompatible con el criterio científico mundial, enfatizó el canciller de Cuba Bruno Rodríguez, y consideró una falta de respeto la actitud del mandatario estadounidense, quien «se comporta como un jefe imperial».

La delegación de la isla del Pacífico Tuvalu recalcó que es fundamental llegar a resultados basados en la ciencia para lograr una reducción significativa de la emisión de gases de efecto invernadero que no dejen aumentar las temperaturas mundiales en más de 1,7 grados centígrados, ya que cualquier otro acuerdo «sería el fin de Tuvalu».

«No hay garantía de que el Protocolo de Kyoto continúe después de este acuerdo», afirmó el delegado de Tuvalu y dijo que aceptar el repentino acuerdo sería «como si nos hubieran dado 30 piezas de plata para vender nuestro futuro, que no está en venta».

Rodríguez aseguró que el documento «es el acta de defunción del protocolo de Kyoto», e insistió en que para adoptar en un futuro el acuerdo de reducción de emisiones de gases debe mantenerse en vigencia el protocolo de Kyoto.

Los ricos rompen fracturaran la unidad de los países en desarrollo con chantajes financieros: Si no se aprueba el acuerdo no se podrán activar los recursos prometidos para 2010. Los países del anexo 1 de la Convención gastaron más de 123 mil billones de dólares en guerras en 2008, y ahora ofrecen apenas 30 mil millones de dólares al año para salvar vidas.

«Guarden sus chequeras y compromentanse como líderes a abordar los profundos desacuerdos que son de principios. Los principios no se compran, no venderemos nuestros principios por 30 millones de dólares», respondieron los delegados del ALBA.

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2009121904

Imagen: Barack Obama y Dmitri Medvédev, entre otros «líderes» en el Bellla Center, en Copenhaguen

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Intervención de Bruno Rodríguez Parrilla, en la sesión final de la Cumbre Climática de las Naciones Unidas, en Copenhague, Dinamarca, el 18 de diciembre de 2009.

El canciller cubano reiteró la protesta por las graves violaciones de procedimiento que se han producido en la conducción antidemocrática del proceso de esta Conferencia

Señor Presidente:

bruno_onu-2.JPGHace ya cuatro horas el presidente Obama anunció un acuerdo que no existe; falta el respeto a la comunidad internacional, se comporta como un jefe imperial.

El documento que usted varias veces afirmó que no existía, señor Presidente, aparece ahora. Todos hemos visto versiones que circulan de manera subrepticia y que se discuten en pequeños conciliábulos secretos, fuera de las salas en que la comunidad internacional, a través de sus representantes, negocia de una manera transparente.

Resulta, señor Presidente, que el documento que no existió, existe. Lamento profundamente la manera en que usted ha conducido esta conferencia.

Puedo anticiparle que la delegación de la República de Cuba ha decidido no aceptar el proyecto de declaración que usted presenta. No requiero consultas adicionales en ningún marco ni formato, y, por tanto, declaro que en esta conferencia no existe consenso sobre este documento (Aplausos).

Sumo mi voz a la de los representantes de Tuvalu, Venezuela y Bolivia. Cuba considera extremadamente insuficiente e inadmisible el texto de este proyecto apócrifo. La meta de 2º centígrados es inaceptable y tendría consecuencias catastróficas incalculables, en particular para los pequeños Estados insulares. Significaría un grave impacto en numerosas especies de la biodiversidad.

El documento que usted, lamentablemente, presenta no contiene compromiso alguno de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Conozco las versiones anteriores que también, a través de procedimientos cuestionables y clandestinos, se estuvieron negociando en corrillos cerrados que hablaban, al menos, de una reducción del 50% para el año 2050. Tengo conmigo aquí esas versiones anteriores, que valdría la pena ofrecer a los medios de prensa y a los representantes de la sociedad civil y hacer públicas en esta sala.

El documento que usted presenta ahora, omite, precisamente, las ya magras e insuficientes frases clave que aquella versión contenía. Este documento no garantiza, en modo alguno, la adopción de medidas mínimas que permitan evitar una gravísima catástrofe para el planeta y la especie humana.

El texto de este documento, para Cuba, es incompatible con el criterio científico universalmente reconocido, que considera urgente e insoslayable asegurar niveles de reducción de, al menos, el 45% de las emisiones para el año 2020, y no inferiores al 80% ó 90% de reducción para el 2050.

Este vergonzoso documento que usted trae es también omiso y ambiguo en relación con el compromiso específico de reducción de emisiones por parte de los países desarrollados, responsables del calentamiento global por el nivel histórico y actual de sus emisiones, y a quienes corresponde aplicar reducciones sustanciales de manera inmediata. Este papel no contiene una sola palabra de compromiso de parte de los países desarrollados.

La delegación de Cuba reitera, además, su convicción de que la reducción de las emisiones de carbono de los países del Sur no puede formularse de manera que obstaculice el ejercicio del derecho al desarrollo. Este papelucho ignora ese concepto.

Todo planteamiento acerca de la continuación de las negociaciones para adoptar, en el futuro, acuerdos de reducción de emisiones, debe incluir, inevitablemente, el concepto de la vigencia del Protocolo de Kyoto, y de que estos acuerdos serán parte de un segundo período de compromisos de dichos protocolos.  Su papel, señor Presidente, es el acta de defunción del Protocolo de Kyoto que mi delegación no acepta.

La delegación cubana desea hacer énfasis en la preeminencia del principio de “responsabilidades comunes, pero diferenciadas”, como concepto central del futuro proceso de negociaciones. Su papel no dice una palabra de eso.

Este proyecto de declaración omite compromisos concretos de financiamiento y transferencia de tecnologías hacia los países en desarrollo como parte del cumplimiento de las obligaciones contraídas por los países desarrollados bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El documento se limita a la idea de que los países desarrollados participen en una llamada movilización de recursos que se dice que pueden ser públicos o privados, bilaterales o multilaterales, o provenir, incluso, de fuentes alternativas.  Los países desarrollados, que imponen sus intereses mediante su documento, señor Presidente, evaden cualquier compromiso concreto.

La delegación de Cuba reitera su protesta por las graves violaciones de procedimiento que se han producido en la conducción antidemocrática del proceso de esta conferencia, especialmente, mediante la utilización de formatos de debate y de negociación, arbitrarios, excluyentes y discriminatorios.  Lo que usted llama, señor Presidente, “un grupo de líderes representativos” es, para mí, una grosera violación del principio de igualdad soberana que consagra la Carta de las Naciones Unidas, un mecanismo que intenta imponer decisiones a la comunidad internacional y manipular a la opinión pública.  La formulación no transparente de proyectos de documentos ha sido constante en esta conferencia.

Debo expresar, señor Presidente, mi protesta y preocupación por la restricción del acceso de las organizaciones no gubernamentales a esta conferencia.

La delegación de Cuba hace parte de las posiciones expresadas por los Estados miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, en particular de los discursos de los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales.

Señor Presidente, le solicito formalmente que esta declaración sea recogida en el informe final sobre los trabajos de esta lamentable y bochornosa 15 Conferencia de las Partes.

Muchas gracias. (Aplausos).

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 Por Darío L. Machado Rodríguez 

manifestantes-en-copenhague-apoyan-causa-de-tuvalu_bob-strong_reuters.jpgVivimos en el planeta Tierra. Para todos sin excepción sale el sol todos los días, nos servimos del oxígeno que almacena la única atmósfera de la que disponemos y sufrimos, todos, la sostenida elevación de la temperatura global. La biosfera está en peligro y con ella todos los seres vivos, incluyéndonos, como recordara Fidel en la Conferencia de Río de Janeiro, a los seres humanos. Hoy más que nunca la humanidad necesita sensatez, buen juicio y, sobre todo, solidaridad. Sin esos ingredientes no tendremos oportunidad de salir de esta peligrosa encrucijada.

Las previsiones de los científicos estipulan que, de seguir como vamos, la temperatura media de la superficie del planeta habrá aumentado entre 1,4 y 5,8° C antes que termine el presente siglo. Los polos se derretirán, los océanos y mares aumentarán su caudal, las pequeñas islas y las grandes ciudades construidas en las costas y a la vera de los ríos estarán seriamente amenazadas de desaparecer, morirán numerosas especies vivas, los huracanes serán aún más intensos y fuertes, las inundaciones alternarán con las sequías, la radiación solar será más intensa y peligrosa para la salud humana, la lluvia ácida afectará gravemente los suelos. Es difícil imaginar el Apocalipsis en ciernes.

Aunque el término ecología (del griego “oikos”: casa y “logos”: estudio o tratado) lo propuso el científico Ernst Haeckel en 1869, cuando no se vislumbraba el enorme peligro que el desarrollo industrial capitalista traería aparejado y durante décadas era sobre todo asunto de científicos ocupados en conocer las relaciones de los seres vivos con el medio ambiente, fue recién a partir de mediados del siglo pasado que el término cobró mayor connotación y conocimiento popular en la medida en que los estragos del metabolismo económico del capitalismo se hicieron más evidentes en la naturaleza y en el propio ser humano.

Pero la velocidad de incremento de la conciencia del desastre inminente y la disposición a enfrentarlo es dispareja. Parece pura esquizofrenia, incapacidad de explicarnos lo que nos está sucediendo, por más que la conocida parábola de la catástrofe aérea en la que perecen todos, los que viajan en clase turística, los que viajan en primera y los que conducen el avión, es sencilla y harto comprensible.

Sin embargo, hay explicación. Y ella se encuentra en el propio sistema capitalista mundial, en el individualismo y egoísmo propios del liberalismo y del neoliberalismo, una realidad diametralmente opuesta a la solidaridad imprescindible para enfrentar con alguna posibilidad de éxito tan complejo problema, quizá el más difícil de todos los dilemas de la historia.

A Copenhague había que ir, pero no todos los que se reunieron en esa Cumbre fueron a ella con igual disposición de poner primero los intereses estratégicos de la especie humana y ser consecuentes con ello, lo que incluye renunciar al consumismo, al despilfarro irresponsable de los recursos no renovables, a la carrera armamentista, al hegemonismo y a la guerra, y adoptar una actitud amigable hacia la naturaleza y hacia todos los seres humanos. Es que la humanidad sufre una crisis de representación.

Cabe entonces hacernos algunas preguntas, tenemos derecho a ello como terrícolas. ¿Quiénes asisten a esas cumbres? Una respuesta rápida sería: los representantes de los gobiernos electos, el poder político de las naciones. Pero cuál es la relación de esos políticos con el poder económico, ese que siempre está ahí y que no se somete nunca a la prueba de las urnas. ¿Cuáles son las voces que realmente hablan en esos encuentros? ¿A cuáles intereses defienden? ¿A quiénes representan verdaderamente?

La propuesta del Presidente de Bolivia, Evo Morales, es tan elemental como sabía: ahí no habría acuerdo.

Repasemos la historia reciente. En Río de Janeiro se convocó la ya mencionada Conferencia sobre Medio Ambiente; luego pasaron 5 largos años antes de que se produjera en Kyoto la Tercera Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático y se firmara el protocolo que los Estados Unidos no ratificaron y más tarde abandonaron siendo presidente el perturbado George W. Bush. El Protocolo de Kyoto iniciaba el compromiso de disminuir las emisiones de gases con efecto invernadero, algo que debería lograrse en 2012, o sea, apenas ya dentro de 3 años.  La realidad es que la emisión de CO2  como resultado de quemar carbón, petróleo y gas aumentó más de un 40% y que esta Cumbre de Copenhague tiene lugar 12 años después de firmado el ya lánguido Protocolo de Kyoto.

Consecuentes con su empobrecida ideología, el gobierno norteamericano ofreció en Copenhague un puñado de dólares devaluados y en lo adelante quizá más devaluados aún, para contrarrestar los efectos del cambio climático en los países subdesarrollados, o sea, prometió paliar los efectos sin eliminar las causas, papeles por salud y vida, un ofrecimiento mercantil vulgar, un pago irrisorio por daños y perjuicios. Ya lo expresó con claridad y profundidad en la Cumbre de Copenhague  el presidente venezolano Hugo Chávez: “El capitalismo está amenazando con acabar con la vida. Si el clima fuera un banco ya lo habrían salvado” sentenció.

Las soluciones tienen que venir de la mano de otra lógica, de otro modo de apreciar la vida, de otro concepto de bienestar y de felicidad. No habrá solución posible al gravísimo problema del cambio del clima si no logramos primero un clima de cambio, que implica, de últimas, un modo de vida diferente, un concepto de calidad de vida distinto al impuesto por el capitalismo tardío.

Sobrada razón tiene Evo Morales cuando reconoce y denuncia las diferencias entre los presidentes presentes en la Cumbre. Cuando propone un camino democrático para enfrentar el problema: un referendo mundial vinculante, está en esencia planteando cinco acciones que solo podrán realizarse si se anteponen los derechos de la humanidad al egoísmo y la ambición: restablecer el equilibrio ecológico, eliminar el consumismo y el despilfarro, reducir las emisiones de gas invernadero, convertir el presupuesto de la guerra en un presupuesto para la defensa del medio ambiente y constituir un tribunal de justicia climática para juzgar a quienes atenten contra la naturaleza.

Lo que ha ocurrido puertas adentro de la Cumbre nada tiene en común con la democracia: obstáculos, acuerdos a puertas cerradas, propuestas mediocres, engaños y demagogia. Los terrícolas estamos frustrados con la Cumbre, pero con mayor conciencia para comprender las verdaderas causas del problema y actuar en consecuencia. Tampoco lo ocurrido puertas afuera donde fueron brutalmente reprimidos los activistas ecológicos que allí reclamaban lo que finalmente no se logró.

Hay que luchar. El desarrollo sostenible es un deber elemental de cada país, de cada región, de cada localidad. Hay que poner a la ciencia y a la tecnología al servicio de ese desarrollo y no levantarles un altar esperando que resuelvan los problemas del capitalismo para que todo siga con la misma lógica perversa. Y hay que actuar con justicia y no descargar, una vez más, las peores consecuencias sobre los países pobres y en vías de desarrollo.

Cuba es el único país del mundo que cumple con los requisitos de un desarrollo sostenible, según el informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) de finales de 2006.  Las dos variables que se emplearon para el estudio fueron: el IDH (Índice de Desarrollo Humano de la ONU) y lo que denominaron “huella ecológica” que se refiere a la energía y los recursos por persona que se consumen en cada país. Los resultados de Cuba cubrieron los criterios mínimos para afirmar que el desarrollo es sostenible.

Entrevistado entonces por la agencia EFE, Jonathan Loh, uno de los autores del informe dijo: “No significa, por supuesto, que Cuba sea un país perfecto, pero sí que es el que cumple las condiciones” y  añadió “Cuba alcanza un buen nivel de desarrollo según la ONU gracias a su alto nivel de alfabetización y una esperanza de vida bastante alta, mientras que su ‘huella ecológica’ no es grande al ser un país con bajo consumo de energía”.

Efectivamente, la sociedad cubana como promedio está por debajo de los niveles de consumo que necesita, en primer lugar por el feroz bloqueo económico de los EEUU, precisamente la potencia que más gases de efecto invernadero emite a la atmósfera, pero en el fondo subyace un criterio de bienestar y calidad de vida diametralmente opuesto al del capitalismo que pone el énfasis en el ser humano, la justicia, la equidad y la inclusión.

El nuevo informe de WWF en 2008 no destaca el que más países se hayan sumado al desarrollo sostenible. James Leape, director general de WWF en su análisis expresa que: «El mundo está preocupado por las consecuencias de haber sobrevalorado sus recursos financieros. Sin embargo, lo que realmente amenaza a la sociedad es la crisis del crédito ecológico causada por infravalorar el capital ambiental, base de la supervivencia y la prosperidad».

El informe revela que más del 75% de la población mundial vive en países en los que el consumo nacional está por encima de su propia capacidad biológica, lo que los convierte en “deudores ecológicos” del planeta. Leape añade en el texto que «Muchos de nosotros estamos manteniendo un estilo de vida y crecimiento económico gracias al uso y extracción del capital ecológico de otras zonas del planeta».

Tal es la magnitud del problema que de seguir como vamos, dentro de apenas 20 años harán falta dos planetas Tierra para mantener los niveles de crecimiento que satisfagan el estilo de vida prevaleciente, que es el que ha conformado el capitalismo como modelo de bienestar.

Sólo cuando se cobre suficiente conciencia del lujo obsceno en el que viven las sociedades y los sectores opulentos y derrochadores y se abra paso en el mundo la verdadera democracia, la del pan, el trabajo, la salud, la educación, la cultura, la solidaridad, la hermandad entre los seres humanos, podremos comenzar a hacer lo que hace rato debimos haber hecho. Pero no será un camino fácil. Es además, un problema demasiado importante para dejarlo en manos irresponsables y egoístas.

Incluimos en este artículo algunos videos de las contundentes intervenciones  de nuestros hermanos en la Cumbre:

Discurso de Esteban Lazo en Cumbre sobre Medio Ambiente
http://teveo.icrt.cu/2gs69b

Evo exige a Estados Unidos cumplir con protocolo de Kyoto
http://teveo.icrt.cu/pbk5dw

Llama Chávez a tomar decisiones que salven a la humanidad
http://teveo.icrt.cu/j537jw

Declaran países del ALBA fracaso de la cumbre de cambio climático
http://teveo.icrt.cu/fmy7xw

En la imagen, manifestantes en Copenhague piden ayuda para la pequeña isla de Tuvalu, en el Mar Pacífico, que podría desaparecer por el cambio climático
http://www.rtve.es/noticias/20091212/una-isla-del-pacifico-pide-cumbre-copenhague-que-eviten-desaparicion/305621.shtml

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